Los árboles de madera poco densa y hojas delgadas mueren de sed antes

Un estudio en el que han participado investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales y de la Universidad Autónoma de Barcelona alerta que el aumento de las sequías puede afectar a la composición de especies y estructura de los bosques y hacerlos cada vez más vulnerables. Especies como el haya o los árboles que colonizan típicamente un nuevo espacio presentan estas características y son, por lo tanto, las de peor pronóstico.

Los árboles de madera poco densa y hojas delgadas mueren de sed antes
Los expertos analizan los bosques secos / Jose Luís Ordóñez

Un estudio internacional publicado en la revista Ecology Letters demuestra que la intensidad de la sequía incrementa de forma exponencial la mortalidad de los árboles. Este patrón se ha demostrado por primera vez a escala global y es especialmente preocupante en el escenario actual de cambio climático, donde los episodios de sequía extrema son cada vez más frecuentes, porque puede provocar cambios drásticos en la composición de los bosques.

Los investigadores, entre los que se encuentran los ecólogos del CREAF y de la UAB Jordi Martínez-Vilalta y Francisco Lloret, apuntan que las especies de árboles más afectadas serán aquellas que tienen la madera menos densa —y por lo tanto un sistema vascular vulnerable a las embolias— y hojas delgadas —con más superficie por donde perder el agua por unidad de masa.

En términos generales, hay especies forestales que reúnen ambas características, como es el caso del haya o los pinos. Y por otro lado, la etapa de la vida en que se encuentra el árbol también influye. "Después de un incendio, un fuerte episodio de sequía u otra perturbación nacen nuevos árboles que repueblan el espacio. Estas especies, típicas de las primeras etapas de la recuperación de un bosque, justamente presentan ambas características vulnerables que hemos encontrado", explica Jordi Martínez-Vilalta. Y añade que si las perturbaciones van aumentando (lo que se espera que pase), "estas etapas tempranas predominarán los bosques y los harán muy sensibles al cambio de clima. Es un pez que se muerde la cola".

El artículo analiza unos 60 casos de muerte forestal por sequía, en más de 30 localizaciones distribuidas por todo el mundo. Los países implicados van desde Canadá hasta Australia, pasando por España, Estados Unidos o India, entre otros.

"Los bosques juegan un papel muy importante en el clima global, de acuerdo con su rol en el ciclo del agua y la habilidad de secuestrar y almacenar grandes cantidades de carbono", recuerda Francisco Lloret. Y advierte que "con las crecientes sequías se pone en peligro este sistema y los servicios ambientales que van asociados. Además, otros factores como la deforestación y los cambios en los usos del suelo a menudo empeoran la situación".

Fuente: Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales
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