El proyecto ‘Trazar redes: Tradiciones artesanales en el Antiguo Mediterráneo y más allá’ liderado por la Universidad de Leicester, en colaboración con las Universidades de Exeter y Glasgow logra combinar la arqueología y las ciencias informáticas para vincular el antiguo pasado arqueológico con el desarrollo de un nuevo paradigma para los entornos informáticos del futuro global.
‘Trazar redes’, que ha recibido el galardón en el apartado de Redes, combina la arqueología, la ciencia arqueológica y la ciencia informática para investigar las redes de la región mediterránea y “más allá”, abarcando griegos, cartagineses y otros pueblos, desde finales de la edad de bronce hasta los tiempos clásicos (1.500 a 200 AC).
La profesora Lin Foxhall, vicerrectora de la Escuela de Arqueología e Historia Antigua en Leicester, e investigadora jefe del proyecto, se hizo la pregunta siguiente: ¿Cómo podemos conseguir conocimientos sobre cómo las sociedades antiguas se organizaron? La investigadora explicó que “no podemos viajar en el tiempo para observar como evolucionaron las redes complejas, pero podemos reunir, organizar e interpretar sus restos. Y podemos aplicar lo que aprendemos del pasado para ayudarnos en la resolución de las cuestiones acuciantes del presente”.
La investigación se centra en los artesanos, preguntándose cómo y por qué algunas tradiciones, técnicas y tecnologías cambiaron y cruzaron fronteras culturales. El periodo investigado presenció grandes avances, como el surgimiento de los estados, implicando nuevas formas de organizar la producción y el consumo.
Investigando sociedades antiguas
La profesora Foxhall comentó: “Estudiamos objetos tan dispares como utensilios de cocina, monedas, pinturas murales y contrapesos. Identificamos los vínculos entre la gente que los fabricaba, la gente que los usaba y la gente que enseñaba a otros a fabricarlos”.
Según los científicos, investigando muchos oficios, se consiguió explorar el impacto que las distintas tecnologías tenían entre sí. Por ejemplo, fabricar un puchero de cocina no es tarea fácil: era interesante saber cómo conseguían los artesanos buenas ‘recetas’, formas y técnicas de forja para fabricar pucheros prácticos y resistentes al calor.
“¿Dónde conseguían sus materiales y vendían sus productos? ¿Y cómo viajaban, cambiaban y mejoraban las recetas?”, fue alguna de las cuestiones que los investigadores pensaron. Gracias a los conocimientos que el proyecto aporta, éstos podrán usar su comprensión sobre la transferencia de conocimientos en la antigüedad para proponer nuevos paradigmas informáticos basados en la movilidad de códigos y datos en amplias redes (usualmente conocido como informática ubicua global).
Esto proporcionará los medios suficientes para que los componentes de software aprovechen los recursos disponibles en otros nodos o canales de distribución más rápidos o fiables, accesibles por una mejor conectividad, lo que mejorará la calidad de los servicios suministrados.
“Estudiando la conectividad de la antigua producción artesanal y su intercambio, pretendemos encontrar ideas para nuevas modalidades de interacción y producción en la informática ubicua global. Comprendiendo el pasado, pretendemos encontrar nuevas soluciones para sistemas informáticos futuros que puedan operar en entornos de recursos limitados”, dijo la profesora Foxhall.
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