La mano del hombre ha provocado en el último siglo un aumento descontrolado de la contaminación en los ecosistemas acuáticos. Uno de estos agentes nocivos son los hidrocarburos aromáticos policíclicos, HAPs, que representan un porcentaje importante de la composición del petróleo. Sus efectos tóxicos en los peces teleósteos como la trucha afectan al sistemas nervioso central de estos seres vivos, alterando funciones vitales como la reproducción, la respuesta a situaciones de estrés o la alteración de su control de comportamientos y funciones fisiológicas relacionadas con el ciclo día-noche. Estas son las conclusiones que se desprenden de la tesis de doctorado de Manuel Gesto Rodríguez, que se centró en un campo poco estudiado dentro de los efectos de los HAPs en los peces teleósteos como es el sistema nervioso central.
"Aunque existen de forma natural en el agua, la actividad antropogénica en los últimos siglos, especialmente desde la utilización masiva de combustibles fósiles, incrementó considerablemente la presencia de estos compuestos en medio acuático", explica el investigador. Su trabajo se centró en evaluar la capacidad de los HAPs para alterar los sistemas de neurotransmisores monoaminérgicos cerebrales en la trucha arco iris como modelo de pescado teleósteo. La investigación profundizó en la posible relación entre los efectos de los HAPs observados en las monoaminas cerebrales y los efectos nocivos de los HAPs sobre los sistemas hormonales que controlan la reproducción, las respuestas al estrés o los ritmos biológicos en la trucha.
Resultados obtenidos
Tras el análisis, los resultados muestran que las monoaminas cerebrales de la trucha arco iris son sensibles a la acción de distintos HAPs, lo que altera diversas funciones de estos animales.
"El efecto de los HAPs fue distinto según el estado de desarrollo gonadal, afectando principalmente a los peces menos desarrollados, lo que podría indicar una interferencia entre los efectos de los HAPs y el incremento de esteroides sexuales en las truchas", explica Manuel Gesto.
Por otra parte, el estudio determinó que las respuestas fisiológicas normales a situaciones de estrés se alteran por el efecto de los HAPs, tanto a nivel hormonal como a nivel de las monoaminas cerebrales. "Estas alteraciones podrían hacer disminuir las posibilidades de supervivencia de los peces en medio natural", subraya el investigador.
Otro de los efectos estudiados afecta a los ciclos rítmicos día-noche. Los contaminantes alteraron el metabolismo de la hormona melatonina en el órgano pineal de las truchas y "esta hormona se produce en grandes cantidades durante la noche y su producción es muy escasa durante el día", apunta. De este modo, los HAPs provocan mermas en las diferencias día-noche normales, lo que altera el control de comportamientos y funciones fisiolóxicas que ocurren ritmicamente en base a estos ciclos.
Antecedentes
Diferentes trabajos de otros investigadores han demostrado que la toxicidad de los HAPs en muchos y distintos aspectos en los peces teleósteos. Los resultados de estos análisis describen efectos mutagénicos/carcinogénicos, genotóxicos, citotóxicos, neurotóxicos o inmunotóxicos y, además, estos hidrocarburos actúan también como disruptores endocrinos, alterando el funcionamiento de sistemas hormonales y provocando alteraciones en muchas funciones. Con todo, el análisis de este licenciado en Ciencias del Mar y autor de numerosos artículos científicos abre una joven línea de trabajo que sitúa el sistema nervioso central como diana para los efectos de los HAPs.