Un estudio en Nature revela que la expansión del nicho ecológico humano en África, hace unos 70.000 años, fue clave para la migración que dio origen a todas las poblaciones no africanas actuales
Un nuevo estudio publicado en Nature muestra que, antes de la gran migración humana fuera de África hace unos 50.000 años, nuestros ancestros ampliaron notablemente su capacidad para vivir en entornos diversos, desde bosques hasta desiertos áridos. Esta flexibilidad ecológica habría sido clave para el éxito de su expansión por Eurasia, a diferencia de intentos anteriores que fracasaron.
Un equipo internacional de investigadores, liderado por Eleanor Scerri, del Instituto Max Planck de Geoantropología (Alemania), y Andrea Manica, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha reconstruido cómo cambiaron los entornos habitados por los humanos en África entre hace 120.000 y 14.000 años. Mediante modelos de distribución de especies, analizaron más de un centenar de yacimientos arqueológicos junto a datos ambientales como la temperatura anual, la precipitación y la densidad de vegetación.
Los resultados muestran que, a partir de hace unos 70.000 años, los humanos comenzaron a ocupar una gama mucho más amplia de hábitats, especialmente en el oeste, centro y norte del continente africano. "Nuestro estudio revela que el nicho ecológico humano se expandió significativamente en ese periodo, lo que indica una mayor capacidad para adaptarse a entornos variados", señala Emily Hallett, coautora del trabajo e investigadora en la Universidad Loyola de Chicago (EE UU).
Hasta ahora, los intentos anteriores de salir de África habían coincidido con momentos climáticamente favorables, cuando la franja saharo-arábiga se volvía más húmeda y permitía el paso hacia Eurasia. Sin embargo, la migración exitosa que dio origen a las poblaciones no africanas actuales ocurrió en un momento menos propicio, lo que sugiere que fueron otros factores los que marcaron la diferencia.
“Este es un resultado clave”, explica el profesor Manica. “En las migraciones anteriores, el aumento de las precipitaciones en el cinturón desértico creó 'corredores verdes' para que las personas se desplazaran, pero hace entre 50.000 y 70.000 años la ruta para salir de África habría sido más difícil que en períodos anteriores, y aun así, esta expansión fue considerable y, en última instancia, exitosa".
"La clave parece haber sido una mayor flexibilidad ecológica", explica la investigadora Michela Leonardi, del Museo de Historia Natural de Londres. "Los grupos humanos que salieron del continente estaban mejor preparados para afrontar entornos diversos y desafiantes".
El estudio sugiere que esta expansión del nicho humano pudo estar impulsada por un mayor contacto entre poblaciones y el intercambio cultural dentro del propio continente africano, lo que favoreció la movilidad y la adaptación a nuevos territorios.
Según los autores, no hay evidencias claras de que nuevas tecnologías o cruces con otros homínidos explicaran por sí solos este éxito migratorio. En cambio, fue el modo en que los humanos empezaron a gestionar la diversidad de paisajes y climas africanos lo que probablemente marcó la diferencia.
"Estos humanos no solo salieron de África; salieron preparados para enfrentarse a lo desconocido", concluye Scerri. "Su éxito radicó en haber aprendido a prosperar en la diversidad ambiental africana".
Scerri et al. Major expansion in the human niche preceded out of Africa dispersal (Nature, 2025)
10.1038/s41586-025-09154-0