Investigadores estadounidenses y británicos han reconstruido los niveles atmosféricos del dióxido de carbono de los últimos 2,1 millones de años, y concluyen que los niveles actuales superan con creces los de hace miles de años; coinciden además con intervalos cálidos. El estudio, que se publica ahora en Science, es el último en descartar que la reducción de CO2 causara edades de hielo más largas e intensas hace 850.000 años.
Hace 2,1 millones de años, la media de los niveles de los gases de efecto invernadero eran de 280 partes por millón, mientras que la media de los niveles actuales es de 385 partes por millón; es decir, un 38% mayor. Para llegar a esta conclusión, el equipo internacional de investigadores analizó los caparazones del plancton unicelular enterrado bajo el Océano Atlántico, cerca de la costa africana y así determinaron el nivel de CO2 que había en el aire cuando estos microorganismos vivían.
“Estudios anteriores indican que el CO2 no ha cambiado mucho en los últimos 20 millones de años, pero la resolución no es suficiente para ser definitiva”, ha explicado Bärbel Hönisch, autor principal del estudio que se publica en Science y geoquímico del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EE UU). “Este estudio cuenta que el CO2 no es el desencadenante, a pesar de que nuestros datos siguen sugiriendo que los gases de efecto invernadero y el clima global están estrechamente ligados”, ha añadido Hönisch.
El planeta sufrió edades de hielo cíclicas durante millones de años, pero es sobre todo hace unos 850.000 años que estos ciclos se volvieron más largos e intensos (de hasta 100.000 años); un cambio que muchos científicos han atribuido a la bajada de los niveles de CO2. Sin embargo, la nueva investigación demuestra que el CO2 no alteró sus niveles durante este periodo y no pudo provocar el cambio. Los científicos creen que la orbita e inclinación de la Tierra controlaron el ritmo de las edades de hielo.
Los bajos niveles de dióxido de carbono esbozados en el estudio a lo largo de los últimos 2,1 millones de años hacen que los niveles de la actualidad “parezcan incluso más anómalos”, ha apuntado Richard Alley, uno de los investigadores del estudio y glaciólogo de la Universidad del Estado de Pennsylvania (EE UU). Las causas son la industrialización.
“Al estudiar registros de climas más antiguos, sabemos que los grandes y rápidos incrementos de CO2 en el pasado (hace cerca de 55 millones de años) causaron grandes extinciones de criaturas que vivían en el fondo del océano, y disolvieron muchas conchas porque el océano se volvió ácido”, ha subrayado Alley. “Ahora nos dirigimos hacia esa dirección”, concluye el investigador.
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