Los niveles de leptina en los primeros días de vida marcan el perfil metabólico del adulto

Las modificaciones en los niveles de la hormona leptina durante la gestación o la lactancia aumentan el riesgo de padecer obesidad y diabetes en la edad adulta. Así lo constatan los trabajos de Miriam Granado, de la Universidad Autónoma de Madrid, por los que ha sido premiada por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad.

La leptina en la infancia
La leptina es secretada por el tejido adiposo. Su función es mantener constante el peso corporal ya que actúa sobre el hipotálamo disminuyendo la ingesta de alimentos y estimulando el gasto energético. Imagen: UAM.

Numerosos estudios ponen de manifiesto la importancia del ambiente nutricional durante el periodo perinatal (gestación y lactancia) como posible factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y metabólicas en la edad adulta.

Dichos trabajos establecen que tanto el estado nutricional de la madre durante la gestación como un aumento o una disminución en el consumo de nutrientes por parte del recién nacido durante la lactancia inducen cambios irreversibles en el organismo, dejando una huella que a largo plazo se traduce en un mayor riesgo de padecer obesidad o diabetes tipo II.

La hormona leptina destaca entre los factores que se ven afectados por el ambiente nutricional durante el periodo perinatal.

Así lo indican una serie de trabajos publicados por Miriam Granado, profesora e investigadora en el departamento de Fisiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), gracias a los cuales recibió el premio “Young Investigator Award in Basic Sciences 2011” que otorga la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO).

Dichos trabajos, publicados en revistas como Endocrinology y Obesity Facts, constatan que modificaciones puntuales en los niveles de leptina durante el periodo perinatal determinan un mayor riesgo de padecer enfermedades metabólicas en la edad adulta.

Estos trabajos han sido desarrollados junto a Jesús Argente y Julie Chowen, en el departamento de Endocrinología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, perteneciente al Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).

El papel de la leptina

La leptina es una hormona secretada por el tejido adiposo en cantidad proporcional a la masa grasa del organismo. En el individuo adulto su función principal es la de inhibir la ingesta de alimentos y aumentar el gasto energético para mantener constante el peso corporal. Así, cuando comemos más de lo debido el exceso de energía se acumula en el tejido adiposo, induciendo un aumento de la masa grasa y por tanto un aumento en la secreción de leptina.

Estos mayores niveles de leptina actúan sobre el hipotálamo (principal centro regulador de la ingesta) disminuyendo el apetito y sobre el sistema nervioso autónomo estimulando el gasto energético. Por tanto, los individuos deficitarios del gen de la leptina no disponen de este mecanismo de freno de la ingesta calórica, por lo que presentan una obesidad desmesurada.

Además de su papel regulador del peso corporal en la edad adulta, la leptina tiene también otras funciones importantes en la infancia, ya que interviene en el desarrollo de diferentes estructuras cerebrales implicadas en el control del apetito. Se sabe que en los ratones deficitarios para el gen de la leptina estos circuitos neuronales no se desarrollan de manera adecuada, lo que parece estar relacionado con las alteraciones metabólicas que padecen cuando son adultos.

Alteraciones en hipotálamo y tejido adiposo

Los estudios de Granado demuestran que los cambios puntuales en los niveles de leptina durante los primeros días de vida tienen una repercusión a largo plazo sobre los circuitos hipotalámicos implicados en la regulación de la ingesta, así como sobre el tejido adiposo, que ve modificada su capacidad para almacenar energía.

Según estos experimentos, la administración de una única dosis de leptina a ratas en su segundo día de vida tiene como consecuencia a largo plazo alteraciones hipotalámicas que derivan en una disminución de la ingesta de alimentos a la edad de cinco meses. Sin embargo, esta disminución en la ingesta calórica no se acompaña de una disminución en la ganancia de peso corporal, lo que sugiere que, ante una disminución de la ingesta, el tejido adiposo disminuye su capacidad de disipar energía evitando así la pérdida de peso.

Por el contrario, una única inyección de un inhibidor de la acción de la leptina en el día nueve de vida de las ratas induce una disminución en la ganancia de peso corporal en la edad adulta sin producir cambios en la ingesta de alimentos, lo que sugiere —al contrario que en el caso anterior— un aumento en la capacidad del tejido adiposo para disipar energía. En definitiva, las modificaciones puntuales en los niveles de leptina durante el periodo perinatal constituyen un factor clave para el desarrollo del perfil metabólico del individuo adulto.

Referencias bibliográficas:

Granado M, Fuente-Martín E, García-Cáceres C, Argente J, Chowen JA. “Leptin in early life: A key factor for the development of the adult metabolic profile”. Obesity Facts. 2012;5(1):138-50.Granado M, García-Cáceres C, Fuente-Martín E, Díaz F, Mela V, Viveros MP, Argente J, Chowen JA. Effects of acute changes in neonatal leptin levels on food intake and long-term metabolic profiles in rats. Endocrinology. 152(11):4116-26,2011

Fuente: Unidad de Cultura Científica, Universidad Autónoma de Madrid.
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