Científicos de la Universidad de Liverpool han observado que las variaciones naturales de la atmósfera terrestre podrían enmascarar el efecto general del calentamiento global en el Océano Atlántico Norte. El estudio, que analiza los registros de temperaturas de esa zona del océano, se ha publicado en la revista Science.
Los investigadores han descubierto que las temperaturas de la superficie de todo el planeta se han elevado durante los últimos 30 años como consecuencia del calentamiento global. Sin embargo, los nuevos datos obtenidos indican que el calor almacenado en el Atlántico Norte muestra un patrón más complejo de lo previsto inicialmente, lo que indica que los cambios naturales de la atmósfera también intervienen en el proceso.
El equipo de Liverpool, en colaboración con la Universidad de Duke (Estados Unidos), ha analizado los registros de temperaturas del Atlántico Norte obtenidos a lo largo de 50 años, y han utilizado modelos informáticos para determinar cómo se ha ido regulando el patrón de calentamiento y enfriamiento. Los científicos han observado que los trópicos y las latitudes medias han experimentado un aumento térmico, mientras que en las regiones subpolares se ha producido un descenso.
El profesor Ric Williams, de la Escuela de Ciencias de la Tierra y del Océano de la Universidad de Liverpool explicó: “Hemos constatado que los cambios producidos en el calor almacenado en el Atlántico Norte se correspondían con los cambios de los vientos naturales y cíclicos que se producen por encima del Atlántico Norte. Este patrón de movimientos del viento se denomina Oscilación del Atlántico Norte (OAN), y está ligado a las diferencias de presión atmosférica que se producen entre Islandia y las Azores”.
El modelo informático que han utilizado los investigadores para analizar los datos les ha ayudado a predecir cómo el viento y el intercambio de calor con la atmósfera afectan a la cantidad de calor que existe en el Atlántico Norte a lo largo del tiempo. Williams añadió: “Hemos visto que el calentamiento en las latitudes medias se debía a la redistribución del calor por parte del viento, mientras que el aumento de la temperatura en los trópicos y su descenso en latitudes altas se debían al intercambio de calor con la atmósfera”.
Según los resultados, estos cambios locales en la acumulación de calor son, por lo general, “diez veces mayores que cualquier otra tendencia del calentamiento global”. El científico señaló que ahora tienen que investigar “por qué se producen estos cambios en la circulación del viento, ya que podrían estar relacionados con los efectos del calentamiento global”.
Aunque parezca que las variaciones naturales pueden enmascarar los efectos del calentamiento global en el océano, los científicos siguen creyendo que sí existe, según se desprende de muy diversos indicios independientes como el aumento de las temperaturas de la superficie y de la atmósfera, la disminución de la cantidad de hielo del Ártico en verano y la menor extensión de numerosos glaciares, que indica la presencia de cambios medioambientales.