Un equipo de arqueólogas de la Universidad de Granada ha realizado excavaciones en la cueva balear de Biniadrís (Menorca) hasta hallar un centenar de cuerpos. Su investigación ha permitido identificar rituales fúnebres de sociedades prehistóricas hace entre 3.300 y 2.600 años, que consistían en teñir del pelo de los cuerpos en color rojizo, el uso de elementos cerámicos en los rituales o la apertura de orificios en el cráneo de los cadáveres.
Arqueólogas de la Universidad de Granada han identificado una serie de rituales funerarios sin precedentes hasta la fecha, llevados a cabo entre finales del segundo y principios del primer mileno en la Cueva de Biniadrís de la isla balear de Menorca.
Las excavaciones realizadas han permitido hallar prácticamente un centenar de cuerpos enterrados en la gruta, además de reconocer una serie de ceremonias de corte fúnebre como el teñido del pelo de los cuerpos en color rojizo, su ubicación estratégica en el centro de la cueva, el uso de elementos cerámicos en los rituales o la apertura de orificios en el cráneo de los cadáveres (trepanación).
Las investigadoras del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, Eva Alarcón García y Auxilio Moreno Onorato, han liderado este trabajo. La cueva analizada, situada cronológicamente en la Edad de Bronce, fue usada hace entre 3.300 y 2.600 años como recinto funerario por diferentes sociedades, dato que contribuye a su carácter único.
“No hay precedentes de este tipo de prácticas sociales en la península ibérica, siendo únicas de las Islas Baleares”, expone Eva Alarcón. “La persona inhumada era dispuesta sobre el centro de la cueva y participaban en el conjunto del ritual elementos tan variados como materias vegetales (ramas y troncos de madera); recipientes cerámicos que con seguridad desempeñaron un papel relevante, dado el alto grado de fragmentación identificado entre ellos; minerales de óxido de hierro”.
Corte de pelo y teñido rojizo
Uno de los momentos más significativos del rito debió ser cuando se procedía al teñido del pelo de las personas inhumadas. “Los mechones rojizos, obviamente, debían tener un carácter simbólico para estos grupos sociales. Se cortaban de forma perfecta para ser depositados después en recipientes de diferentes tamaños y materiales diversos: metal, cuero e incluso madera, los cuales eran escondidos en determinados rincones de la cueva”, señalan las arqueólogas Eva Alarcón y Auxilio Moreno.
Los cadáveres se inhumaban vestidos. Durante las excavaciones se han descubierto botones en V con doble perforación, o sencilla y central, que presentan un uso prolongado en el tiempo, además de agujas e incluso trozos de ropa que pertenecen a las prendas.
Hasta el momento, se han documentado cinco cráneos trepanados (orificios craneales perfectamente realizados). Todos ellos se encuentran en fase de estudio. Sin lugar a dudas, los hallazgos en la Cueva de Biniadrís abren multitud de interrogantes y líneas de investigación, no solo desde el punto de vista arqueológico, sino también antropológico.
En estos momentos, a través del análisis del Carbono 14, se estudian los restos de pelo y tejido de las prendas de los cuerpos en la Universidad de Cambridge (Reino Unido). En el departamento de Química Orgánica de la Universidad de Granada también se trabaja con el análisis de residuos en los recipientes cerámicos. Ahora, el objetivo de la investigación pasa por resolver los enigmas que plantean los misteriosos rituales funerarios de la cueva de Biniadrís.
Referencia bibliográfica:
Altamirano García, M., Alarcon García, E., Moreno Onorato, A. Bone tools for the deceased: Approaches to the worked osseous assemblage from the Bronze Age funerary cave of Biniadris (Menorca, Spain), Quaternary International (2017), https://doi.org/10.1016/j.quaint.2017.12.052
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