Las naves gemelas de la misión STEREO de NASA están captando imágenes de tormentas solares y midiendo en tiempo real sus campos magnéticos, desde el momento en que salen del Sol hasta que sus ondas alcanzan la Tierra, según informa la agencia espacial estadounidense. Esta información puede ayudar a los astrofísicos a predecir las tormentas solares con mayor eficacia y precisión.
Las observaciones realizadas por las dos naves casi iguales de la misión STEREO de la NASA han permitido a los científicos medir la velocidad, la trayectoria y la forma tridimensional de una tormenta solar con gran precisión, lo que permitirá predecir estos fenómenos al igual que hacen los meteorólogos con un huracán en la Tierra.
El proceso es parecido al que ser realiza con los datos que facilitan los satélites terrestres, que permiten ver el interior y desarrollo de un huracán desde sus orígenes hasta que alcanza la orilla.
En el caso de la misión STEREO dos observatorios idénticos realizan mediciones simultáneas de las eyecciones de masa coronal (CME) del Sol desde dos puntos de vista distintos. Una de estas naves se encarga de observar la parte "delantera" de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, mientras que la otra hace lo mismo pero observando la zona “de atrás”.
Esta información proporciona a los científicos una visión única de la anatomía de una tormenta mientras se dirige hacia la Tierra. Cuando las CME llegan a la órbita de la Tierra, los sensores en los satélites realizan medidas in situ de la nube de la tormenta solar.
Los datos obtenidos de esta combinación están proporcionando a los físicos solares el mayor conocimiento obtenido hasta el momento del funcionamiento interno de estas tormentas. Con esta información los científicos podrán llegar incluso a saber cuándo una tormenta solar llegará a la Tierra, además de predecir cuánta energía liberará en la magnetosfera, el escudo magnético protector de nuestro planeta.
Las erupciones de la corona o atmósfera exterior del Sol pueden hacer estragos en la tecnología terrestre. Estas eyecciones de masa coronal actúan como huracanes solares que escupen miles de millones de toneladas de plasma al espacio a miles de kilómetros por hora, arrastrando parte del campo magnético del Sol con ellos.
Estas nubes de tormentas solares crean ondas de choque y una gran perturbación en movimiento en el Sistema Solar. La onda puede acelerar algunas de las partículas en el espacio a grandes energías, una forma de "rayos cósmicos solares" que pueden hacer peligrar a las naves espaciales y a los astronautas. El material de las CME, que llega días después, puede alterar el campo magnético de la Tierra, la magnetosfera, y la parte superior de la atmósfera.