Un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería Energética (IIE) de la Universidad Politécnica de Valencia, coordinado por el catedrático Carlos Álvarez, está desarrollando nuevas aplicaciones y herramientas avanzadas que permitirán gestionar de forma más eficaz y sostenible la energía eléctrica en nuestro país, flexibilizando la demanda y ajustando el suministro a las necesidades puntuales del consumidor.
Estas herramientas permiten un uso más racional de la energía, así como un notable ahorro económico para el consumidor, ya que incluso ayudan a reducir el gasto en su factura eléctrica. Asimismo, un consumo más eficiente ayudaría a mejorar la seguridad del suministro y a evitar fallos técnicos como los que se produjeron a finales del pasado mes de julio en Barcelona.
Según apunta el profesor Álvarez Bel, hasta la fecha los consumidores no han tenido demasiado en cuenta el precio de la energía a la hora de consumirla. Sin embargo, el futuro del mercado energético, marcado por un “más que seguro” incremento del coste de la energía, demanda un consumo cada vez eficiente y para ello –asegura Álvarez- resulta fundamental apostar por estas nuevas herramientas, “que responden a lo que se conoce como Gestión de la Demanda”.
“En último término, de lo que se trata es que el consumidor cambie sus hábitos, que sea él mismo quien decida cuándo necesita energía, en función tanto de sus necesidades de suministro, como del precio al que esté en ese instante. Nuestro objetivo es que los ciudadanos consuman mejor, gasten sólo aquella energía que necesiten en cada momento, con los consiguientes beneficios que ello reporta”, explica Carlos Álvarez.
Por otro lado, flexibilizar la demanda ayudará también a mejorar el funcionamiento de los mercados eléctricos, haciéndolos más competitivos y a moderar los precios máximos de la energía del mercado.
Desde los laboratorios del Instituto de Ingeniería Energética se está desarrollando un nuevo sistema de gestión de bajo coste que permitirá monitorizar y controlar el consumo de cualquier consumidor y, llegado el caso, actuar directamente sobre dicho consumo, bien mediante reguladores que permitan limitarlo, o cortar o limitar el suministro de energía eléctrica.
“Facilitar nuevas vías para controlar los costes energéticos puede ayudar a mejorar la eficiencia del consumidor, actualmente desincentivada al estar protegido por unos precios blindados de la energía eléctrica, que no reflejan los costes reales de producción”, añade Carlos Álvarez.
Asimismo, gracias a la Gestión de la Demanda, ante un supuesto caso de avería o sobrecarga en la red de distribución, el consumidor puede convertirse en “suministrador de recursos”, de modo que aquella energía que deja de consumir pasaría a distribuirse a aquellas zonas que la requieran. “Este cambio de roles le reportaría además un beneficio económico”, señala Carlos Álvarez.
Prueba piloto UPV
“La gestión de la demanda es el futuro del sector eléctrico y sus aplicación es altamente beneficiosa para el consumidor”. Así lo asegura Carlos Álvarez, y así se está comprobando ya en la propia Universidad Politécnica de Valencia.
Actualmente, el IIE está llevando a cabo unas pruebas piloto de las prestaciones de estas herramientas, y los resultados han sido muy positivos. Por poner un ejemplo, el pasado mes de agosto, y sólo en el edificio de la Facultad de Administración de Empresas y de la ETSI Geodésica, Cartográfica y Topográfica, el ahorro medido fue en torno a los 5000 euros gracias a la implantación del nuevo software y hardware del IIE. De acuerdo con los resultados obtenidos en la primera fase de la instalación, una vez esté implementado todo el sistema –a finales del 2008- el ahorro en electricidad será superior a los 800.000 euros anuales.
Sector energético
Actualmente, el sector energético es uno de los pilares productivos de toda la Unión Europea, tanto en el sector industrial como en el comercial. En España supone el 6% del PIB nacional –con una clara tendencia creciente. A pesar de ello, los expertos coinciden en que nuestro país necesita “urgentemente” mejorar sus políticas energéticas y desarrollar nuevas tecnologías que permitan una mayor rentabilidad y eficiencia en el consumo de energía.
“En España se está produciendo una saturación de las redes de transporte y distribución de energía eléctrica, y ello implica, necesariamente, nuevas inversiones en infraestructuras y tecnologías. El comportamiento flexible de la demanda puede, y debe, ayudar a racionalizar estas inversiones”, remarca el profesor y coordinador del proyecto, Carlos Álvarez Bel.