Un equipo de investigadores del Laboratorio de Química Analítica de la Universidad de Santiago avanza en el desarrollo de métodos analíticos para controlar la presencia en el medio de nuevos contaminantes emergentes. Es el caso de electrodomésticos o material informático
El coordinador de este proyecto, el catedrático Rafael Cela Torrijos, explica que, desde el punto de vista de la contaminación, “están surgiendo nuevos problemas en los que no se había pensado hasta ahora. Se trata de los residuos de compuestos presentes en los jabones, geles, colonias… fragancias artificiales que el hombre usa desde hace muchos años y a las que no se va a renunciar”.
Estas sustancias no son tóxicas, sin embargo en muchos casos no se eliminan en las plantas de depuración de aguas y pasan a los ríos. Tal como indica el profesor, ciertos animales acuáticos reconocen a su pareja químicamente y la presencia de estos compuestos en el agua los trastorna; como consecuencia, en la actualidad existen especies en peligro de extinción. Así, el problema que presentan estos contaminantes emergentes es una toxicidad a muy largo plazo.
En algunos países se están detectando niveles elevados de compuestos ignífugos en el ambiente e incluso en la leche materna
Otro ejemplo de contaminantes emergentes son los compuestos ignífugos, que se emplean en los productos de uso cotidiano para protegerlos contra el fuego. Es el caso de la ropa, el material informático, los electrodomésticos, la ropa del hogar como las cortinas o las tapicerías… “Se trata de compuestos utilizados masivamente desde hace décadas, incluso existen directivas europeas que obligan a usarlos, sobre todo en los locales públicos, para garantizar que los materiales tarden en arder en contacto con el fuego” -señala Cela-. Sin embargo, tal como asegura el investigador, “en algunos países estos compuestos se detectaron en la leche materna e incluso se encuentran en el medio en niveles muy elevados. La Unión Europea ya prohibió la utilización de algunos de ellos. Por eso conviene analizarlos”.
Otro caso son los residuos de los fármacos, a los que tampoco se puede renunciar. Sin embargo, algunos compuestos no se eliminan en las plantas de tratamiento y pasan al curso de las aguas subterráneas y finalmente a los ríos. Así, se han detectado niveles problemáticos de antibióticos y otros fármacos, con consecuencias negativas para el medio acuático.
Los métodos analíticos que está desarrollando el equipo de la Universidad de Santiago los podrá emplear cualquier laboratorio
“Los contaminantes emergentes se denominan así porque hasta el momento no se sabía que lo eran, se desconocían sus efectos. Sin embargo, se emplean masivamente y, por otro lado, no pueden dejar de usarse porque sería mayor el riesgo que el beneficio” -declara el profesor Rafael Cela-. En el caso de los compuestos ignífugos está clara su necesidad.
En principio, la industria utiliza este tipo de sustancias sobre la base de que son seguras, pero ya se ha comprobado que no lo son tanto y algunas ya han sido prohibidas por la Unión Europea. Sin embargo, su prohibición se hace de forma paulatina, con el fin de que la industria tenga un periodo de adaptación mientras busca alternativas a esos productos.
Una vez que se prohíbe la utilización de ciertos compuestos, conviene disponer de métodos analíticos para controlar su presencia en el medio. En esta línea, los investigadores de la Universidad de Santiago avanzan en el desarrollo de métodos destinados al control ambiental de los residuos que generan muchos de los productos de consumo cotidiano.
Los métodos analíticos que está desarrollando el equipo de la Universidad de Santiago los podrá emplear en el futuro cualquier laboratorio. Permitirán analizar muestras de aguas, sedimentos, lodos de las depuradoras… También se puede detectar la presencia de residuos en los alimentos. Por otra parte, es importante analizar el agua de las depuradoras porque en ocasiones el contaminante sale igual que entra o incluso puede permanecer en el lodo de la depuradora.
Los investigadores de la Universidad de Santiago están desarrollando métodos específicos para el análisis de diferentes muestras ambientales. El equipo está especializado en la preparación de muestras, que es precisamente la etapa más crítica del análisis.