El Hospital Clínico de Salamanca, junto con los centros de León, el Hospital Comarcal del Bierzo y el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila han coordinado la monitorización de medio centenar de pacientes en el marco del estudio 'Mitico', una investigación en la que 59 hospitales españoles han identificado nuevos marcadores que permiten a los profesionales sanitarios detectar con mayor facilidad qué personas tienen mayor riesgo de padecer un accidente vascular, y el pronóstico de estas patologías en aquellas que ya han sufrido un ictus.
Entre las principales conclusiones que se han obtenido tras analizar los datos de los 780 pacientes participantes, destaca el hecho de que los investigadores hayan detectado elevados niveles de interleuquina-6 y VCAM-1 (más de cinco picogramos por mililitro de sangre) en los pacientes recientemente afectados por un episodio vascular, o en aquellos que iban a sufrir un segundo ictus.
Según ha explicado a DICYT el doctor Javier Tejedor García, uno de los coordinadores de los trabajos desarrollados en el Hospital de León, "las proteínas interleuquina-6 y VCAM-1 son en realidad marcadores que nos alertan de la presencia de un proceso inflamatorio. El que los niveles de dichas sustancias esté por encima de la media en aquellos pacientes con mayores posibilidades de sufrir un accidente vascular tiene sentido, ya que la inflamación se relaciona en muchas ocasiones con otros procesos como la hipertensión o la arterioesclerosis, ambos identificados por la mayoría de los ciudadanos como factores de riesgo".
Aunque aún será necesario profundizar en el análisis de los resultados, "la identificación de marcadores de riesgo resulta esencial para personalizar los tratamientos que se prescriben a los pacientes, así como para afinar los diagnósticos de aquellas personas que aparentemente no están afectadas por una patología cardiaca", apunta Tejedor García.
Progresión de la enfermedad
Así, de los 780 pacientes incluídos en el estudio cerca de un 14% presentaba varias partes de su organismo afectadas por un accidente vascular. Al realizar el seguimiento de estos pacientes durante un año completo los científicos comprobaron que este segmento de enfermos mostraba peor evolución que aquellos que únicamente tenían afectada una zona de su organismo. De la misma manera, los porcentajes de mortalidad de quellos pacientes que había sufrido varios episodios vasculares fueron mucho mayores (entorno a un 20%) que los de aquellos enfermos que únicamente habían padecido un ictus.
El ictus es una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. También se la conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis. Los dos últimos términos, no obstante, se refieren más a bien a distintas causas del ictus. Ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o es taponado por un coágulo u otra partícula. Debido a esta ruptura o bloqueo, parte del cerebro no consigue el flujo de sangre que necesita. La consecuencia es que las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciben oxígeno, por lo que no pueden funcionar y mueren transcurridos unos minutos. Según el doctor Tejedor García la prevalencia de estas patologías en Castilla y León es muy similar a la media española situándose entorno a los 150 casos anuales por cada 100.000 habitantes.