El satélite espacial CoRoT descubre el primer exoplaneta similar a Júpiter que permite estudios en detalle cuando pasa por delante de su estrella. El hallazgo, encabezado por un investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) se publica en el próximo número de la revista Nature.
El satélite espacial CoRoT ha descubierto un planeta del tamaño de Júpiter que orbita alrededor de una estrella semejante al Sol en la constelación de la Serpiente, a unos 1.500 años luz de distancia de la Tierra. Los parámetros de este planeta gigante y gaseoso, con rasgos comunes a la mayoría de los detectados hasta la fecha, representan un valioso modelo a la hora de identificar nuevos cuerpos jovianos con temperaturas moderadas.
“Corot-9b es el primer exoplaneta ciertamente similar a uno de nuestro Sistema Solar”, destaca Hans Deeg, el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que ha liderado un equipo de unos 60 astrónomos de todo el mundo y cuyo descubrimiento será publicado mañana por la revista Nature.
Gracias al análisis de sus tránsitos, la información sobre Corot-9b es mayor que la disponible sobre otros planetas similares. Los tránsitos tienen lugar cuando un cuerpo celeste bloquea algo de luz al pasar frente a su estrella anfitriona. Esta especie de eclipse causa fluctuaciones en el brillo de la estrella que permiten inducir la masa, diámetro, densidad y temperatura del planeta. Hasta ahora se han descubierto más de 400 exoplanetas, de los que alrededor de 70 han sido hallados por el método de tránsito.
El hecho de que Corot-9b tarde 95 días terrestres en girar alrededor de su estrella demuestra la utilidad de este método para encontrar planetas con largos periodos orbitales. De hecho, su periodo orbital es diez veces mayor que cualquier otro planeta descubierto previamente por el método de tránsito.
Diez años de búsqueda
La comunidad astronómica ha buscado durante la última década un planeta extrasolar con una evolución “pura, aislada”, sin las interferencias de su estrella anfitriona. Este nuevo planeta mantiene una distancia relativamente grande respecto a su estrella central, parecida a la órbita de Mercurio alrededor del Sol, algo que ha permitido la aplicación de modelos de evolución planetaria sin las correcciones necesarias por la influencia de la estrella.
“El planeta está compuesto en su mayoría de hidrógeno y helio”, indica el astrofísico de la Universidad de Niza Tristán Guillot, “pero su interior sólido, de un tamaño de hasta 20 masas terrestres, podría contener rocas y agua a altas temperaturas y bajo extrema presión. En este sentido, es muy similar a los planetas gigantes de nuestro Sistema Solar, Júpiter y Saturno”.
La temperatura en su superficie gaseosa oscila entre los 150 grados centígrados y unos veinte bajo cero, con mínimas variaciones entre el día y la noche y con la posible presencia de una capa de nubes muy reflectante. El equipo internacional de astrónomos que ha participado en el descubrimiento apunta que precisamente son los gigantes gaseosos templados los que conforman el mayor grupo de planetas conocidos hasta la fecha.
Corot-9b es el primero de ellos que permite un estudio en mayor detalle, de modo que “puede dar lugar a una mejor comprensión de estos planetas tan comunes y abrir un nuevo campo para entender la atmósfera de los planetas con temperaturas moderadas o bajas”, señala Brandon Tingley, investigador del IAC involucrado en el descubrimiento.
El telescopio espacial CoRoT (siglas de Convección, Rotación y Tránsitos), diseñado específicamente para la detección de exoplanetas en tránsito y estudios sismológicos de estrellas, apoya sus resultados en observaciones de varios telescopios terrestres, entre ellos el IAC-80 del Observatorio del Teide y el telescopio Isaac Newton, en el Observatorio del Roque de los Muchachos. La investigación liderada por el IAC cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación.
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Referencia bibliográfica:
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