Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y de la Universidad de Alcalá de Henares han analizado pigmentos procedentes del conjunto megalítico de Bretaña (Francia). Los resultados confirman que las pinturas formaban parte de los rituales mortuorios durante el Neolítico europeo y que la decoración pictórica de las cámaras funerarias era una práctica extendida.
Hasta hace poco se pensaba que la decoración de los megalitos mediante grabados en las rocas era algo propio de la fachada atlántica, mientras que el empleo de pinturas era característico de la zona mediterránea. Ahora, una investigación en la que participa la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ha revelado la presencia de pigmentos habituales del arte rupestre en construcciones neolíticas de Bretaña (Francia), uno de los referentes del megalitismo europeo por la antigüedad y la cantidad de los monumentos que alberga. Los resultados confirman que la decoración pictórica de las cámaras funerarias era una práctica extendida y los autores apuntan a posibles conexiones culturales durante el Neolítico.
En el análisis de las muestras, que previamente fueron tomadas en seis localizaciones del noroeste francés, se empleó una técnica no destructiva que utiliza la denominada espectroscopía Raman a escala microscópica para detectar cada uno de sus componentes. Tras identificar los minerales propios del sustrato, rocas graníticas y calcáreas, los expertos hallaron hematita, un óxido de hierro que se utilizaba para conseguir el color rojo, así como carbón amorfo y óxidos de manganeso, ambos habituales en las pinturas negras.
“También hemos encontrado otros componentes adicionales en la pintura, como la calcita o el yeso, que se han podido añadir para obtener distintas tonalidades o propiedades de la pintura. Es como si empleasen recetas pictóricas” señala Antonio Hernanz, investigador del Grupo de Microscopía Raman e Infrarroja de la UNED y coautor del estudio publicado en Journal of Raman Spectroscopy.
En las cámaras cerradas, como es el caso del túmulo de Barnenez, las colonias de hongos que proliferan en la superficie de las rocas supusieron un obstáculo inicial a la hora de obtener espectros raman in situ. Otro hallazgo desconcertante fue descubrir algunas partículas de materiales sintéticos, de origen no tan remoto.
“Encontramos cobre-ftalocianina, un pigmento de síntesis moderna que se utiliza en la tinta azul de los bolígrafos. Hace algunas décadas, los investigadores aplicaban materiales especiales de calco sobre la roca para trazar los dibujos de las pinturas. La técnica que aplicamos actualmente es tan sensible que es posible detectar restos de materiales contaminantes” explica el investigador.
Los colores de la muerte
El análisis de los pigmentos se enmarca en un proyecto liderado por la doctora Primitiva Bueno, de la Universidad de Alcalá de Henares, que investiga el papel que jugaban las pinturas en la decoración de los megalitos atlánticos. Los resultados están permitiendo arrojar algo de luz sobre los ritos funerarios acontecidos en Europa hace 6000 años, un mundo ideológico y simbólico que se revela sumamente complejo.
Por otra parte, la semejanza de los motivos pictóricos representados unida a la similitud de técnicas y materiales empleados refuerzan la hipótesis de posibles conexiones entre grupos humanos geográficamente distantes y revelan la expansión de una cultura funeraria por todo el continente.
Referencia bibliográfica:
Hernanz A, Iriarte M, Bueno-Ramírez P et al. (2016) Raman microscopy of prehistoric paintings in French megalithic monuments. J. Raman Spectrosc., 47: 571–578.
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