El proyecto Inseplatex desarrollará tecnologías para proporcionar efectos repelentes o insecticidas en distintos tipos de plásticos y de tejidos, contra las principales especies de insectos considerados plagas urbanas.
El proyecto Inseplatex pretende controlar la activación y duración de las propiedades biocidas en diversos productos plásticos y textiles, para así especificar usos concretos, como, por ejemplo, en ropa de uso profesional (forestales, militares, cooperantes, etc.), e incluso con aplicación en situaciones críticas (campos de refugiados, crisis humanitarias, terremotos, etc.).
El reto más importante es desarrollar metodologías específicas para incorporar sustancias biocidas en distintos tipos de plásticos y de textiles, que dependen del tipo de sustancia biocida seleccionada.
En el proyecto, que está liderado por Tecnalia, participan otros dos centros tecnológicos: Aimplas y Leitat. Cada uno de los tres centros desarrolla la incorporación de los biocidas seleccionados en un tipo concreto de material: Aimplas y Tecnalia para plásticos y Leitat para textiles. Una vez incorporado el biocida en un tipo de producto, éste es testado frente a las principales especies de plagas urbanas.
Para la evaluación biológica se realizan ensayos de laboratorio utilizando ejemplares vivos de las especies diana (bio-ensayos). Los bio-ensayos son realizados por biólogos y entomólogos de Tecnalia, con amplia trayectoria en el sector de las plagas y los biocidas, resultando imprescindibles los equipamientos en insectarios y laboratorios biológicos de Tecnalia.
Para las materias activas biocidas, se aplica la Directiva de la Unión Europea de Biocidas (Directiva 98/8/EC). Los métodos de ensayo son los recomendados por la Organización Mundial de la Salud para la evaluación de insecticidas y repelentes, si bien, en caso necesario, Tecnalia desarrolla y valida diseños experimentales específicos.
Para los bioproductos plásticos y textiles con resultados positivos en los bio-ensayos, se determinan usos concretos. Los resultados (tales como el tipo de efectividad (insecticida o repente), la rapidez del efecto, la durabilidad, etc.) condicionan el tipo de uso.
Este proyecto está cofinanciado por el Ministerio Español de Ciencia e Innovación.
Un equipo internacional de científicos, liderados desde el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, ha creado el primer imán duro de espesor atómico. El avance tiene aplicaciones potenciales en dispositivos tecnológicos que requieren un campo magnético definido, como las memorias RAM de los ordenadores.
En la interfaz entre dos capas rotadas de titanato de bario, con solo unos pocos átomos de espesor, aparecen propiedades que podrían revolucionar la ciencia de los materiales ferroeléctricos y ser útiles en la electrónica e informática del futuro. Los detalles los publican en Nature investigadores de la Universidad Complutense de Madrid.
