La ministra de Ciencia e Innovación ha recibido el borrador del anteproyecto de la Ley de la Ciencia y la Tecnología. En los próximos meses, el MICINN preparará el anteproyecto de ley que presentará a las Cortes Generales.
Elaborado por un grupo de trabajo de 25 expertos que se constituyó en julio de 2008, el nuevo documento que ha recibido hoy el Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) recoge las conclusiones de varios meses de trabajo (desde septiembre de 2008 hasta el pasado enero).
El borrador del anteproyecto de Ley de la Ciencia se centra en cinco bloques temáticos: modelo, instrumentos, coordinación, planificación e internacionalización; I+D en las empresas; I+D en el sector público; transferencia de conocimiento y cooperación público-privada; ética, asesoramiento experto, publicación en acceso abierto, cultura científica y cooperación al desarrollo.
“La nueva ley representará un compromiso de toda la sociedad, impulsado por el Gobierno y con un especial protagonismo de los investigadores”, ha afirmado hoy la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, al recibir el borrador. El MICINN espera que el proyecto de ley alcance “el mayor consenso posible” con el respaldo de los grupos parlamentarios.
La futura norma, que fue anunciada en junio de 2008 por la propia Garmendia durante su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados, sustituirá a la actual Ley de Fomento de Coordinación General para la Investigación Científica y Técnica de 1986, que ha permitido el avance del sistema español de ciencia y tecnología durante las últimas dos décadas.
Según los expertos, la nueva ley “debe contribuir al cambio del sistema productivo hacia uno basado en la sociedad del conocimiento”, así como hacer frente a las actuales necesidades del sistema de ciencia y tecnología. Entre éstas destacan la coordinación entre las administraciones públicas, el desarrollo de una carrera investigadora que ofrezca mayores oportunidades a los científicos, el diseño de nuevas formas de cooperación entre los sectores público y privado, la regulación de nuevos instrumentos de gestión; y el aumento de actuaciones de transferencia y de internacionalización.
Aspectos novedosos de la nueva ley
Entre las recomendaciones de los expertos aparece la necesidad de incorporar a la futura ley aspectos novedosos que reflejan debates “muy actuales” y prácticas de vanguardia, como el acceso abierto a los resultados de las investigaciones financiados con fondos públicos, la promoción de la cultura científica y de la cooperación científica para el desarrollo, y la creación de órganos que velen por los aspectos éticos de la investigación.
Algunos de los cambios que Garmendia quiere realizar para mejorar la situación de los investigadores (sobre todo, los más jóvenes) son la incorporación de los principios de la Carta Europea del Investigador, así como la regulación del desarrollo profesional de los jóvenes que terminan sus doctorados y de los investigadores en formación. Esto permitirá definir los primeros escalones de la carrera, se primarán la excelencia y la movilidad, y se incorporarán mecanismos de consolidación de empleo.
Un proceso transparente
Con la entrega del borrador por parte del grupo de trabajo, formado por expertos del ámbito de la investigación, la gestión de la I+D+i, la transferencia del conocimiento y la innovación, se inicia el proceso para la elaboración del proyecto de ley.
Para ello, el MICINN abrirá un diálogo con las comunidades autónomas, la comunidad científica y los agentes sociales, como lo hizo para la elaboración de este borrador, con unas jornadas de debate sobre el futuro marco legal con investigadores, gestores de I+D, agentes sociales, empresas y ciudadanía interesada, celebradas el 9 y 10 de octubre de 2008.
Según la ministra, con esta nueva ley “estamos dando un paso decisivo para que nuestro país esté entre los más competitivos en ciencia e innovación”.
A esto los expertos han añadido que el marco normativo actual está superado por la realidad de la investigación científica y técnica en España, que no sólo se caracteriza ya por las actividades que desarrollan el Estado y el creciente papel de las Comunidades Autónomas, sino por el protagonismo de nuevos actores en el Espacio Europeo de Investigación y por una fuerte tendencia a la internacionalización.
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