Presentan un modelo matemático que determina la sostenibilidad de un edificio por su seguridad

Integrar el concepto de seguridad y de salud en el proyecto de edificación minimiza la accidentalidad y reduce los costes de seguridad. Una tesis doctoral presentada por el ingeniero Juan Pedro Reyes en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) lo confirma con el desarrollo de un modelo matemático que tendrá gran utilidad para los promotores públicos o privados.

El ingeniero industrial Juan Pedro Reyes ha presentado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) su tesis doctoral Nueva metodología para la evaluación de la sostenibilidad respecto al requerimiento de seguridad y salud en proyectos de edificación. El trabajo, dirigido por el profesor J. Tomás San José Lombera y enmarcado en el proyecto de investigación MIVES, tiene un alcance nacional, y participan el Departament D‘Enginyeria de la Construcció de la Universitat Politécnica de Catalunya, el Departamento de Ingeniería Minero Metalúrgica y Ciencias de los Materiales de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Bilbao y la Unidad de Construcción y Desarrollo del Territorio de la Fundación LABEIN-Tecnalia.

La tesis será presentada por Reyes Pérez en una ponencia durante el III Congreso Internacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, organizado por OSALAN-Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, que tendrá lugar en Bilbao el próximo mes de junio. En él, el investigador propone una herramienta matemática que permite calcular cuantitativamente el índice de valor global de sostenibilidad de un edificio en lo que respecta a su seguridad y salud.

El trabajo destaca la necesidad de integrar el concepto de seguridad en todo el ciclo de vida de un edificio (concepción, materialización, vida útil y reintegración), con especial énfasis en su primera fase: el diseño. Y es que para el dr. Reyes los principales actores en la aplicación de la seguridad y la salud de una construcción son, por orden de importancia, el promotor, los diseñadores (arquitectos e ingenieros) y el constructor.

A partir de esa idea, el ingeniero vizcaíno desarrolla un modelo matemático estructurado de acuerdo con las cuatro fases del ciclo de vida de un edificio (concepción, materialización, vida útil y reintegración), que se dividen, a su vez, en once subcriterios, de los que finalmente se obtienen 27 indicadores. Estos indicadores definen aquellos aspectos relacionados directamente con las causas que constituyen el origen de los accidentes, y abarcan desde la ubicación del edificio, los materiales de construcción o el nivel de subcontratación, hasta el impacto ambiental de su demolición. Todos ellos son aspectos a definir en el propio proyecto de edificación.

Índice de seguridad y salud

La metodología que propone Reyes es eminentemente práctica; permite analizar el cumplimiento de cada uno de esos 27 indicadores y evaluarlo en una escala de 0 a 100. A través de una aplicación informática, a los valores obtenidos se les aplica un modelo matemático que asocia a cada indicador una función de valor determinada y permite homogeneizar los valores obtenidos de varios indicadores en un solo índice de seguridad y salud (índice S&SM). Dicho índice determinará la sostenibilidad de un edificio en cuanto a su seguridad, en una escala de 0 a 1.

Esta herramienta permite evaluar la viabilidad de una construcción en lo que a la seguridad se refiere, por lo que puede ser de gran utilidad para los promotores públicos o privados a la hora de seleccionar en un concurso el proyecto de edificación más seguro. En definitiva, no se trata de comprobar si se cumple la ley, sino de evaluar las buenas prácticas en prevención de riesgos previstas en un proyecto.

Costes frente a seguridad

En la actualidad, en la mayoría de los proyectos de edificación predomina el criterio económico en su aprobación. En esta tesis doctoral, presentada en la UPV/EHU, se ha realizado un análisis comparativo de la construcción de dos naves industriales; en uno de los proyectos ha primado el factor costes y en el otro la seguridad. De acuerdo con el modelo propuesto por el doctor Juan Pedro Reyes, el índice S&SM resultante del primero de ellos ha sido de 0,17, en tanto que en el segundo, mucho más sostenible, se ha alcanzado un 0,80 y se han producido a lo largo del ciclo de vida muchos menos accidentes.

En cuanto a los costes totales de seguridad, que incluyen la instalación de medidas colectivas de seguridad en la obra, el mantenimiento de la seguridad una vez construido el edificio, y los accidentes, Reyes ha comprobado que dichos costes se pueden multiplicar hasta por cuatro en el caso del proyecto menos sostenible, es decir, en el que no había tenido en cuenta la seguridad y la salud desde su diseño.

Los accidentes de trabajo constituyen en la actualidad un gran problema humano, social y económico. Dentro del sector industrial, la construcción presenta uno de los índices de accidentalidad más elevados, con un 27,34 % del total de accidentes laborales. Además, España se sitúa a la cabeza de Europa en la accidentalidad de este sector.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995 inició un proceso regulador que tenía como objetivo reducir ese índice e igualarlo a la media europea. Sin embargo, la ley no ha logrado los resultados esperados: según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en el período comprendido entre octubre de 2006 y septiembre de 2007, el número de accidentes en el sector de la construcción se incrementó en un 1,4 % con respecto al mismo período del año anterior.

Fuente: UPV/EHU
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