Presentan una técnica que podría reducir la medicación de los pacientes trasplantados

Un grupo de investigadores alemanes ha desarrollado un procedimiento que podría evitar la necesidad de que los pacientes trasplantados pasen el resto de sus vidas tomando el cóctel de fármacos necesario para impedir que su sistema inmunitario rechace al nuevo órgano, según un estudio publicado en el ultimo número de la revista Transplant International. La técnica, desarrollada por el equipo del profesor Fred Fandrich de la Universidad de Schleswig-Holstein en Kiel (Alemania) está basada en la utilización de “células reguladoras diseñadas a medida”.

Para poner en práctica la técnica se deben extraer los leucocitos (encargados de combatir la infección) de la sangre del receptor del trasplante y someterlos a un procedimiento muy complejo en el que intervienen células extraídas del donante vivo o muerto. A continuación las células diseñadas a medida se vuelven a introducir en el paciente.

En los dos ensayos clínicos descritos en Transplant International, esta operación se realizó de dos maneras, o bien después del trasplante, como un paso adicional al tratamiento farmacológico tradicional para impedir que el sistema inmunitario rechace el riñón, o bien antes de la cirugía del trasplante.

Hasta ahora, la única opción para los pacientes trasplantados ha sido tomar un cóctel de fármacos durante el resto de sus vidas” explica el autor principal, el doctor James A. Hutchinson de la División de Medicina de Trasplantes y Biotecnología de la Universidad, quien añade: “Estos fármacos pueden causar efectos secundarios graves y no siempre pueden prevenir el lento proceso destructivo del rechazo crónico, que frecuentemente lleva al fracaso del órgano trasplantado”.

El investigador continúa: “Este es el motivo por el que nuestro uso de células inductoras de la aceptación del trasplante (TAIC) en los pacientes con trasplante de riñón es un desarrollo tan excitante, ya que en último término podría ofrecer a los pacientes que se han sometido a una cirugía de trasplante una calidad de vida mucha mejor, libre de complejos regímenes de medicación. Aunque nuestro uso de TAIC está todavía en las etapas preliminares, los resultados de nuestros ensayos clínicos en 17 pacientes sometidos a trasplante de riñón son prometedores”.

Durante la fase I los 12 ensayos clínicos, 12 pacientes recibieron riñones de donantes fallecidos y se les administró TAIC además del tradicional tratamiento farmacológico utilizado para prevenir el rechazo del órgano. En el ensayo participaron nueve hombres y tres mujeres, con unas edades comprendidas entre los 30 y los 61 años. Se consiguió que 10 de los 12 pacientes pudieran dejar sus fármacos inmunosupresores convencionales durante un período de ocho semanas, comenzando en la cuarta semana tras el trasplante. Posteriormente, el personal médico consiguió que seis de ellos pasasen a una monoterapia con “tacrolimus” en dosis bajas, lo que supone un tratamiento mucho menos intrusivo y con menos efectos secundarios.

“Concluimos que aunque el ensayo de fase I ha mostrado que el tratamiento con TAIC era seguro y clínicamente aceptable, el ensayo no pudo proporcionar ninguna prueba de que la administración postoperatoria de TAIC tenga un efecto beneficioso”, señala Hutchinson.
La fase II comprendió cinco pacientes a los que se les habían trasplantado riñones de cinco donantes vivos y que recibieron TAIC antes de llevar a cabo la cirugía. En este ensayo participaron cuatro hombres y un mujer con edades comprendidas entre los 39 y los 59 años. Dos recibieron un riñón de su hermano, uno de su hija y dos del cónyuge. Un paciente resistió ocho meses sin inmunosupresores y otros tres lograron abandonar con éxito un régimen inmunosupresor convencional y pasar a monoterapia con tacrolimus en dosis bajas.

El doctor Hutchinson señala: “Aunque nuestro ensayo clínico de fase II no ha proporcionado ninguna prueba concluyente de un efecto beneficioso del tratamiento preoperatorio con TAIC, los resultados han sido alentadores. Estos sugieren que las TAIC promueven un estado físico que nos podría permitir reducir al mínimo los fármacos que utilizamos para impedir que el sistema inmunitario del paciente rechace al nuevo órgano”.

Ninguno de los pacientes de ninguno de los ensayos experimentó acontecimientos adversos agudos o retardados como resultado de la infusión de TAIC. “Nuestra investigación demuestra claramente que la infusión de TAIC a los pacientes antes de recibir un trasplante de riñón, o después de haberse llevado a cabo el procedimiento, es una opción clínica práctica y segura”, dice el investigador, que concluye: “Aunque este procedimiento todavía se está desarrollando y refinando, supone una excitante posibilidad tanto para los médicos como para los pacientes”.

Fuente: Wiley - Blackwell
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