El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha presentado en el marco de la celebración de la Cumbre de la Biodiversidad en Nagoya (Japón) un nuevo informe sobre la conservación en el Ártico. Según el trabajo, esta región está experimentando los cambios ambientales más rápidos del planeta, un reto importante para la conservación de la biodiversidad y para la cooperación entre países.
La contribución del Ártico a la biodiversidad mundial es “significativa”. Cientos de especies migratorias (incluyendo 279 especies de aves, y ballenas grises y jorobadas) viajan largas distancias cada año para aprovechar los veranos del Ártico.
Sin embargo, cada año es más evidente el calentamiento en el Ártico, lo que conlleva graves consecuencias para la biodiversidad. “Este año no es la excepción”: el calentamiento n la región ártica provoca pérdida de hábitat para las especies que dependen del hielo marino, como los osos polares.
Éste no es el único cambio. A lo largo del Ártico, muchos hábitats que se consideran críticos para la biodiversidad, como la tundra, han ido desapareciendo en las últimas décadas.
“Estamos presenciando un cambio sin precedentes en el Ártico, lo que tendrá consecuencias importantes y de largo alcance no sólo para la propia región, sino para el resto del mundo”, ha señalado Achim Steiner, subsecretario general de Naciones Unidas y director ejecutivo del PNUMA.
Por ello, el PNUMA ha lanzado, coincidiendo con la X Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica en Nagoya (Japón) el informe Protección de la diversidad biológica del Ártico: Ventajas y desventajas de los acuerdos medioambientales.
El estudio subraya que, aunque existen soluciones en la propia región para enfrentarse al problema, la conservación sería más si se abordaran las causas de raíz, que se originan fuera de la región del Ártico.
Amenazas globales afectan al Ártico
Según los expertos, los acuerdos ambientales multilaterales que incluyen la región del Ártico, como el Protocolo de Kioto o el Convenio de Basilea sobre los desechos transfronterizos, podrían ser eficaces contra las amenazas causadas por las actividades locales, nacionales o regionales (minería y explotación de petróleo y gas, por ejemplo) si se aplican correctamente.
Las principales amenazas para la diversidad biológica del Ártico –el cambio climático, los contaminantes transfronterizos y la fragmentación del hábitat- son esencialmente de carácter global. El informe demuestra que para hacer frente a las crecientes presiones sobre la diversidad biológica en el Ártico, es necesaria una forma de pensar más global, intersectorial e interdisciplinaria por parte de los responsables de las políticas, los científicos y otros actores interesados.
“Se podría ganar mucho si los esfuerzos de conservación se dirigen específicamente a determinadas especies de aves migratorias del Ártico. Estas especies pasan el invierno en hábitats fuera del Ártico y, en consecuencia, se ven muy afectadas por la pérdida de las cosechas y la pérdida de hábitats mucho más allá de las regiones polares”, ha explicado Peter Prokosch, director del PNUMA/GRID-Arendal en Noruega.
El informe recomienda que el Consejo del Ártico –fundado en 1996 y que reúne a los gobiernos y las comunidades indígenas para abordar las cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible en la región- desempeñe un papel más activo en el desarrollo de actividades específicas de conservación y una mayor colaboración con Estados no-Árticos que comparten la responsabilidad de la vida silvestre migratoria del Ártico.
La participación de los países y organizaciones no-Árticos es “importante” en la protección de la diversidad biológica del Ártico. Por ello, el informe insta a todas las partes interesadas a identificar y difundir el impacto mundial del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad en el Ártico, y la relevancia del Ártico para el pensamiento ambiental y económico.
“El informe destaca las consecuencias claras de cómo las actividades humanas en todo el mundo tienen un impacto dramático en los rápidos cambios que actualmente vemos en el Ártico. La región actúa como un espejo de nuestras acciones”, ha apuntado Lawrence Hislop, jefe del Programa Polar de PNUMA/GRID-Arendal.
Aumentar las reservas marinas
El informe recomienda fortalecer los mecanismos para la protección y conservación de la biodiversidad. Los expertos señalan que hay una gran cantidad de opciones, pero “la falta de aplicación de los acuerdos existentes es un problema prevaleciente”.
Entre las opciones destaca la armonización de los informes nacionales entre las naciones del Ártico en cuestiones de interés común que permitiría la presentación más efectiva de informes nacionales a los acuerdos ambientales multilaterales.
Las áreas protegidas –como parques nacionales o reservas marinas- son una de las herramientas más eficaces para la gestión de los recursos del Ártico. El informe propone a las naciones del Ártico aumentar de forma sustancial la extensión de las áreas protegidas, sobre todo en las zonas costeras y en el medio marino.
Involucrar a las comunidades locales y pueblos indígenas permitirá también garantizar la protección y uso sostenible de la diversidad biológica en el Ártico. Según el estudio, las naciones del Ártico deberían invertir en regímenes de co-gestión y programas de adaptación para las sociedades en el Ártico, a partir de sus conocimientos tradicionales.