Proponen usar las cenizas de la quema de restos arbóreos en madereras como fertilizantes

La Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF) acordó conceder su premio anual a la mejor tesis doctoral a Beatriz Omil Ignacio, por el trabajo titulado ‘Gestión de cenizas como fertilizante y enmendante de plantaciones jóvenes de Pinus radiata’, dirigida por Agustín Merino dentro de la Unidad de Gestión Forestal Sostenible de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Santiago.

Restos de un árbol tras un incendio en Galicia.
Restos de un árbol tras un incendio en Galicia. Foto: Carlos M. González.

Fueron necesarios cinco años de estudios para extraer las conclusiones que recoge Beatriz Omil en su trabajo, en el que contó con la colaboración de la empresa Finsa, el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Xunta de Galicia.

Los estudios consistieron en el análisis del crecimiento de las especies arbóreas y del sotobosque en una parcela de cien hectáreas en la que se echaron unas mil toneladas de las cenizas obtenidas de la quema de restos de biomasa de la empresa maderera. Según explica en su tesis, la quema de los restos de madera que no se utilizan para la fabricación de tableros produce como resto esta ceniza, que no siendo material peligroso, tiene que llevarse a los vertederos para su gestión, lo que le supone a la empresa un coste añadido.
Utilizando estos restos como fertilizante del bosque, los estudios mostraron que aumenta el crecimiento de los árboles y que entre las especies de sotobosque pasaron a tener mayor presencia las gramíneas y herbáceas, que además reducen el riesgo de incendio forestal. Así mismo, Beatriz Omil analizó la posible presencia de materiales pesados en las setas que crecieron en esa parcela acotada, concluyendo que dos aplicaciones de cenizas en años consecutivos, de diez toneladas por hectárea, es suficiente para mantener los beneficios estudiados sin aumento de substancias nocivas.

Los estudios y análisis fueron realizados en un primer momento en especies de 7 y 8 años, pasando después a las de 15 o 16 años y rematando con especies adultas.

Según se indica en las conclusiones del jurado del premio, este fue concedido por su carácter innovador y también por su viabilidad para su aplicación real para productores de madera. El galardón, que tiene una retribución económica de 2.500 euros, le será entregado el próximo 5 de mayo en Pontevedra. Se trata de la primera edición de esta convocatoria, que tiene ámbito nacional y que premia también el mejor proyecto fin de carrera.

Formada en Lugo en la propia Escuela Politécnica, mantiene una estrecha colaboración con la Unidad de Gestión Forestal Sostenible en diferentes proyectos, aunque su carrera profesional está ligada actualmente a la empresa pública SEAGA.

Fuente: USC
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