El análisis de 82 restos óseos de dos yacimientos del noreste de Francia revela evidencias de violencia bélica en el Neolítico. Los resultados sugieren que los invasores extranjeros fueron capturados, mutilados y convertidos en trofeos de guerra.
Una nueva investigación liderada por la Universidad de Valladolid sugiere que los habitantes del Neolítico de dos yacimientos del noreste de Francia practicaron la matanza y la mutilación de invasores extranjeros.
El trabajo, publicado en Science Advances, proporciona algunas de las primeras evidencias de estas celebraciones de victoria relacionadas con la guerra. En él se analizaron restos óseos y extremidades amputadas hallados en fosas prehistóricas que datan de entre el 4300 y el 4150 a. C.
La presencia de estas fosas funerarias en los yacimientos de Achenheim y Bergheim implica que estas comunidades neolíticas estaban en guerra. Sin embargo, hasta ahora se desconocía si las personas enterradas en estas fosas eran prisioneros de guerra, y si eran locales o extranjeros.
Para responder a esta pregunta, Teresa Fernández-Crespo, investigadora de la Universidad de Valladolid, analizó junto a su equipo 82 restos óseos humanos de los yacimientos de Achenheim y Bergheim.
Algunos de estos restos presentaban lesiones violentas, incluidas fracturas de cráneo sin cicatrizar y extremidades superiores amputadas, lo que indica que estas personas sufrieron violencia bélica. Otros restos no tenían signos de trauma sin cicatrizar o desmembramiento, lo que sugiere que a estas personas se les dio un entierro normal.
Los investigadores también realizaron análisis isotópicos en los huesos y descubrieron diferencias significativas en las huellas isotópicas de las víctimas de violencia frente a quien no la sufrieron.
Hacerlo permitió a los investigadores deducir que los que contaban con lesiones provenían de otros lugares, mientras que los que no las tenían eran locales. Esto sugiere que las víctimas pertenecían a grupos invasores y fueron asesinadas por lugareños que defendían su territorio, según sugieren los autores.
“Es probable que las identidades de este grupo puedan atribuirse a enemigos socialmente remotos, no locales, que se convirtieron en trofeos, o cautivos durante batallas y que pueden haber sido considerados por sus captores como no propiamente ‘humanos’ y, por lo tanto, justificar dicho tratamiento’, concluyen los investigadores.
Referencia:
Teresa Fernández-Crespo et. al. “Multi-isotope biographies and identities of victims of martial victory celebrations in Neolithic Europe” Science Advances (2025).