El individuo es un varón de entre 17 y 25 años, enterrado en una tumba de gran porte y con unos ajuares singulares con objetos elaborados de materias primas exóticas, algunas de ellas procedentes de fuera de la península, como el marfil o el huevo de avestruz.
Investigadores del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla han secuenciado el ADN de los primeros habitantes de la ciudad, aprovechando los vestigios descubiertos en la zona arqueológica de Valencia de la Concepción y Castilleja de Guzmán, datados en la Edad del Cobre (3.200-2.200 a. C.).
Las conclusiones de este estudio, realizado en un laboratorio destinado al análisis de ADN antiguo, indican que se trata de un varón de entre 17 y 25 años de edad y cuyo ADN, extraído de dos piezas dentales, indica que el sujeto estudiado es un linaje mitocondrial humano propio de la Eurasia occidental.
Los descubrimientos arqueológicos en la zona de Valencina y Castilleja de Guzmán han sido de gran importancia para el conocimiento de la Edad del Cobre en Europa y ha proporcionado las claves científicas de las primeras sociedades agrarias y sedentarias del bajo valle del Guadalquivir, origen de la actual Sevilla.
El individuo estudiado supone un caso excepcional de inhumación individual en un periodo en el que predominan los enterramientos colectivos. Fue enterrado en una tumba de gran porte y con unos ajuares singulares por su cantidad y calidad, ya que incluyen numerosos objetos elaborados de materias primas exóticas, algunas de ellas procedentes de fuera de la península, como el marfil o el huevo de avestruz.
Por todo ello, los huesos encontrados pertenecerían a un persona de alto estatus social, con acceso a costosos productos elaborados en materia primas foráneas. Incluso, la presencia de un colmillo de elefante indica que quizás se trata de un comerciante o artesano especializado en la adquisición y trabajo de esta materia prima.
La genética
Para llevar a cabo el análisis genético de los restos se seleccionaron dos piezas dentales del individuo (el segundo molar inferior izquierdo y el tercer molar superior izquierdo). La selección se realizó de acuerdo a los criterios establecidos por el Grupo de Genética Forense y Genética de Poblaciones de la Universidad Complutense de Madrid.
"Los resultados obtenidos permitieron establecer el haplogrupo mitocondrial del individuo, que resultó ser un H. Sin embargo, es necesario decir que el análisis del ADN mitocondrial nos aporta información sobre el origen biogeográfico materno del individuo (dado que este tipo de ADN se hereda de madres a hijos), pero no se dispone de información hasta el momento sobre su origen paterno", comenta el profesor de la Universidad de Sevilla Leonardo García Sanjuán.
Los resultados
La secuenciación de ADN supone un enorme avance para la investigación de los primeros habitantes de la ciudad de Sevilla. El haplogrupo H al que pertenece el sujeto estudiado es un linaje mitocondrial humano propio de Eurasia occidental. Es derivado del haplogrupo matrilineal HV, el más característico de toda Europa.
Se cree que se originó probablemente en el Oriente Medio hace aproximadamente 30.000 años migrando hacia Europa hace entre 25.000 y 20.000 años, por los portadores de la cultura Gravetiense del Paleolítico Superior. Se ha percibido un aumento de la diversidad y frecuencia durante el III milenio a. C., periodo al que corresponde el sujeto. El subclado H1, al que probablemente pertenece, es el más importante y ampliamente extendido en la actualidad en Europa, África del Norte y Asia occidental.
A partir de los resultados obtenidos los dos equipos responsables de la investigación buscarán obtener financiación que permita ampliar la investigación a un mayor número de sujetos de la población calcolítica de la Zona Arqueológica de Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán.
Referencia bibliográfica:
The allure of rock crystal in Copper Age southern Iberia: Technical skill and distinguished objects from Valencina de la Concepción (Seville, Spain) Antonio Morgado, José Antonio Lozano, Leonardo García Sanjuán, Miriam Luciañez Triviño, Carlos P. Odriozola, Daniel Lamarca Irisarri, Álvaro Fernández Flores. Publicado en Quaternary International. doi:10.1016/j.quaint.2015.08.004