La sensación de soledad tiene más consecuencias negativas para la salud que tener una red social pequeña, un escaso contacto con los miembros de la red o unas relaciones poco cercanas, según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid.
La diferencia entre sentirse solo y estar solo es que la soledad es un sentimiento subjetivo donde la persona experimenta la ausencia de relaciones personales satisfactorias. En cambio, estar solo es una medida objetiva del número de contactos o relaciones que una persona tiene en su red social. En este sentido, una persona puede sentirse sola estando rodeada de su pareja, familiares y amigos; y otra persona puede no sentirse sola aun teniendo una red social reducida.
Investigadores del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en un trabajo publicado en la revista PLOS ONE, han evaluado la conexión existente entre la red social de una persona y el sentimiento de soledad, y la salud.
El equipo en el que participa Laura Rico, investigadora principal del estudio, ha observado que sentirse solo está más relacionado con la salud que tener una red social pequeña, un escaso contacto con los miembros de la red o unas relaciones poco cercanas.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores llevaron a cabo un estudio en el que entrevistaron a 10.800 adultos de España, Finlandia y Polonia. Para ello, utilizaron, por un lado, la escala de soledad de la Universidad de California, Los Ángeles con la finalidad de evaluar los sentimientos de soledad. Y, por otro lado, y con la intención de medir la red social de los entrevistados, realizaron diversas preguntas relacionadas con el número total de personas con las que la persona entrevistada podía contar, cuál era la frecuencia con la que se veían y el nivel de cercanía de la relación.
Se hallaron pequeñas diferencias entre las puntuaciones acerca de la soledad obtenidas entre los distintos países, siendo Polonia el que más personas afirmaban sentirse solas, seguido por España y Finlandia.
“Esta diferencia podría deberse a características culturales. Por ejemplo, en los países más individualistas, como los nórdicos, se ha observado una falta de expectativas en cuanto a las interacciones sociales y una baja probabilidad de decepción ante las relaciones”, afirma Laura Rico, autora principal del trabajo.
También se apreció que son las personas mayores las que reportan más sentimientos de soledad que los jóvenes. “Esto puede ser debido a que, según van pasando los años, la probabilidad de vivir eventos que favorecen la aparición de estos sentimientos es mayor; como por ejemplo, la jubilación, la pérdida de seres queridos o los cambios de residencia a centros de cuidados”, afirma la autora.
Frecuencia del contacto
Por otra parte, cuando los investigadores analizaron los tres componentes de la red social, constataron que la frecuencia del contacto entre sus integrantes tenía una implicación significativa en la salud de las personas. Es decir, ver frecuentemente, cara a cara, a amigos, familiares y vecinos está más asociado a poseer buena salud que tener un gran número de personas con las que se pueda contar o que nuestra relación con esas personas sea muy cercana.
Este es uno de los primeros trabajos que se hace con un número tan elevado de participantes representando a la población adulta de países de diferentes regiones de Europa; países que cuentan con sistemas sociales y socioeconómicos distintos, y que poseen características relativas a la salud dispares.
Además, este estudio es uno de los primeros que desgrana y analiza, individualmente, los componentes de la red social de una persona con la intención de comprobar su relación con la salud y, a su vez, observar la conexión con la soledad y la salud.
Los resultados de esta investigación destacan la importancia que tienen la soledad y las redes sociales en la salud pública. Por eso, no debemos olvidar que prevenir, evaluar y/o enseñar estrategias que favorezcan el manejo de la soledad puede tener igual o mayor beneficio que fortalecer la red social de una persona con el fin de mejorar su salud.
En el trabajo también han participado investigadores de otros países europeos, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y de la Organización Mundial de la Salud.
Referencia bibliográfica:
Rico, L.A.; Caballero, F.F.; Olaya, B.; Tobiasz, B.; Koskinen, S.; Leonardi, M.; Haro, J.M.; Chatterji, S.; Ayuso, J.L. & Miret, M. (2016). “Loneliness, Social Networks, and Health: A Cross-Sectional Study in Three Countries”. PLoS ONE. Doi: 10.1371/journal. pone.0145264
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.