En los últimos siete años se han cerrado cerca del 30% de las sucursales de bancos y cajas de ahorros en España, y la tendencia continúa. Ahora, un estudio de investigadores valencianos indica que el exceso o escasez de oficinas depende del tipo y la región geográfica que se analice. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid hay menos de las que le correspondería por población, mientras que en Castilla y León son más de las esperadas, aunque si continúa la reducción podría agravarse la exclusión financiera de ciertos grupos sociales.
España es el país de la Unión Europea donde se ha producido un mayor ajuste en su sistema financiero. Desde 2008 –año del comienzo de la crisis– hasta la actualidad se han cerrado más de 14.000 oficinas bancarias, lo que supone alrededor del 31% de la red existente hace siete años. Se ha pasado de las 45.707 sucursales que había en septiembre de 2008 a las 31.623 registradas en marzo de este año. Los procesos de fusión, sobre todo entre las cajas de ahorro, están detrás de esta importante reducción.
En este marco, expertos en economía y desarrollo local de las universidades de Valencia y Jaume I de Castellón han analizado la geografía de las sucursales bancarias españolas justo antes de la crisis, entre los años 2004 y 2008 (un periodo de intensa expansión territorial de oficinas), para saber si sobran o no sucursales en nuestro país. El estudio se ha publicado en el Journal of Applied Statistics.
“Los resultados indican que la percepción general de que el sistema bancario español tenía un exceso de oficinas hay que matizarlo, pues ni se puede extender esta consideración a todos los territorios, ni tampoco a todos los tipos de entidades bancarias”, destaca la autora principal, Anabel Forte.
La investigadora explica que han aplicado un análisis estadístico denominado regresión de Poisson al número de oficinas bancarias que hay en cada uno de los más de 8.000 municipios de España. Primero lo hicieron con la cantidad de oficinas en general, y después, por separado, con los tres tipos de entidades financieras que analizaron: los bancos comerciales, las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito.
De esta forma valoraron cómo afectan determinadas variables a la cantidad de oficinas bancarias en nuestro país, considerando el grado de implantación de las sucursales en cada provincia o comunidad autónoma. Para ello, introdujeron los parámetros de over-branching (implantación por exceso) y under-branching (implantación por defecto) de oficinas bancarias.
Forte explica estos conceptos: “Supongamos que en un municipio, dada la población que tiene y sus condiciones específicas (como la densidad de población, el desempleo o la población extrajera, por ejemplo) esperas que haya 10 oficinas, pero resulta que tienes solo ocho. En este caso, estaríamos hablando de under-branching, tener menos oficinas de las esperadas. Por el contrario, si se prevén 10 y tenemos 15 sería over branching, es decir, más oficinas de las esperadas por población”.
Diferencias por zona geográfica
Tras analizar estos parámetros, el estudio apunta que, dependiendo del tipo de banca, el patrón resultante es muy distinto. Es decir, según se considere para cada provincia todas las entidades financieras, o únicamente los bancos, las cajas de ahorros o las cooperativas de crédito, la situación de implantación por exceso o por defecto de oficinas varía.
Desde 2008 el número de oficinas bancarias en España no ha dejado de caer. / Banco Central Europeo
“Aun así, cabría destacar que aparecen algunas comunidades, como la de Madrid, que se encuentra en situación de under-branching, y otras como las zonas de Castilla-La Mancha y Castilla y León en situación de over-branching”, apunta Forte.
Según los autores, esto se puede deber a la distancia entre municipios en estas comunidades: “En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se esperaría un número grande de sucursales por su gran cantidad de población, pero la menor distancia entre sus municipios no hace necesario que existan tantas, y por tanto, casi siempre aparecen menos sucursales de las esperadas”.
“Aunque si consideramos municipios donde no esperaríamos ninguna sucursal, pero en los que conviene ponerla porque no hay otro municipio cerca, estaremos teniendo un número de sucursales superior a lo esperado. Este es el caso de Castilla-La Mancha y Castilla y León”, aclara la investigadora.
Forte concluye que los resultados “implican que los fenómenos de acceso limitado a servicios bancarios y exclusión financiera podrían estar presentes en el sistema bancario español, y que no todas las entidades bancarias contribuyen con la misma intensidad a su posible erradicación”.
El estudio advierte que, dada la contribución de las cajas de ahorro para limitar la exclusión financiera, el cierre de sus oficinas (un hecho cada vez más frecuente en el mundo rural) “podría agravar las consecuencias de la crisis para algunos grupos sociales desfavorecidos”.
Margen para aumentar "la eficiencia operativa" de los bancos
Sin embargo, la tendencia al cierre de oficinas no se ha detenido, y las últimas iniciativas de regulación bancaria parecen favorecer esa vía. Según el último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, “pese a la reestructuración y la consiguiente disminución de empleados y, en mayor medida de oficinas, el sector bancario español mantiene su tradicional modelo de negocio minorista, aún con una relativamente extensa red de oficinas de pequeño tamaño”.
“El entorno de tipos de interés muy bajos, junto con un nivel de actividad bancaria todavía contrayéndose, va a obligar a los bancos españoles a seguir reflexionando sobre el papel que juegan las oficinas en su estrategia de negocio. La distancia entre las ratios de oficinas del sector bancario español y del resto de Europa todavía ofrece margen para seguir aumentando la eficiencia operativa de los bancos españoles”, destaca el informe.
Referencia bibliográfica:
L. Alamá, D. Conesa, A. Forte y E. Tortosa-Ausina. “The geography of Spanish bank branches”. Journal of Applied Statistics 42 Issue 4, 2015.
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