Investigadores de la Universidad de Yale (EE UU) han encontrado en los mosquitos transmisores de la malaria más de dos docenas de receptores de olores que detectan los compuestos en el sudor de las personas. Este hallazgo, publicado en la última edición de la revista Nature, puede ayudar a los científicos a desarrollar nuevos modos de luchar contra la malaria, una enfermedad que mata a un millón de personas al año.
Los receptores olfativos del mosquito Anopheles gambiae ofrecen a los científicos posibles nuevas dianas para repeler, confundir o atraer a trampas a los mosquitos que propagan la malaria, una enfermedad que afecta hasta a 500 millones de personas en las regiones tropicales del mundo.
"El mundo necesita desesperadamente nuevas formas eficaces, económicas y respetuosas con el medio ambiente de controlar estos mosquitos", afirma John Carlson, autor principal del estudio publicado hoy en la edición on line de la revista Nature e investigador en Yale. "Algunos de estos receptores podrían ser excelentes dianas para controlar el comportamiento de los mosquitos".
Aunque hace tiempo que se sabe que los mosquitos son atraídos por los olores de las personas, se desconocía cómo detecta el sistema olfativo de los mosquitos los diferentes elementos químicos del olor humano.
El laboratorio de Carlson identificó los primeros receptores olfativos de los insectos en 1999 estudiando la mosca de la fruta. El equipo de Yale descubrió entonces un ingenioso modo de usar la mosca de la fruta para estudiar cómo funciona el sistema olfativo de los mosquitos: usaron moscas mutantes que carecían de receptor del olor.
Bajo la dirección de Allison Carey, que realizaba su tesis doctoral en el laboratorio de Carlson, los investigadores activaron sistemáticamente los genes de 72 receptores olfativos del mosquito en células olfativas de la mosca de la fruta que carecían de sus propios receptores.
“Unos mayores conocimientos sobre el comportamiento de los mosquitos y su recepción olfativa ayudarán a desarrollar trampas y repelentes más eficaces y proporcionarán posibles nuevas dianas moleculares en la lucha contra la malaria”, explica Carey.
Durante el transcurso del proyecto, la investigadora registró en la biblioteca de olores 27.000 respuestas eléctricas del sistema olfativo del mosquito/mosca modificado genéticamente. Se registraron respuestas particularmente intensas de 27 receptores, la mayoría de los cuales respondieron a compuestos químicos que se encuentran en el olor de las personas.
"Ahora estamos seleccionando compuestos que interactúan con estos receptores", indica Carlson. "Los compuestos que saturan estos receptores podrían reducir la capacidad de los mosquitos para localizarnos, y los compuestos que excitan algunos de estos receptores podrían atraer a los mosquitos a trampas o repelerlos. Los mejores cebos o repelentes podrían ser cócteles de varios compuestos", concluye.
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Referencia bibliográfica:
Allison F. Carey, Guirong Wang, Chih-Ying Su, Laurence J. Zwiebel y John R. Carlson. “Odorant reception in the malaria mosquito Anopheles gambiae”. Nature, 3 de febrero de 2010.
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