Un estudio de la UPO sobre reconocimiento molecular es portada del “Journal of Physical Chemistry A”

Un trabajo de investigación sobre la determinación de las bases moleculares del fenómeno conocido como “reconocimiento molecular”, y liderado por el profesor Bruno Martínez Haya, de la Universidad Pablo de Olavide, ha sido portada esta semana de la revista “Journal of Physical Chemistry A”, referente importante en el campo de la química física.

El investigador Bruno Martínez Haya
El investigador Bruno Martínez Haya

Un trabajo de investigación sobre la determinación de las bases moleculares del fenómeno conocido como “reconocimiento molecular”, y liderado por el profesor Bruno Martínez Haya, de la Universidad Pablo de Olavide, ha sido portada esta semana de la revista “Journal of Physical Chemistry A”, referente importante en el campo de la química física. El estudio está enmarcado dentro del proyecto de excelencia “Reconocimiento supramolecular y selectividad quiral estudiados mediante técnicas láser y de espectrometría de masas”, financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa en la convocatoria de 2007.

El “reconocimiento molecular” se basa en la asociación selectiva de dos moléculas que entran en contacto, siendo responsable de muchos de los procesos que tienen lugar en la naturaleza y, especialmente, en los bioquímicos responsables de la vida. En este sentido, la existencia de interacciones altamente específicas confiere a muchas moléculas la capacidad de detectar del amplio conjunto de especies moleculares existentes aquéllas que le son complementarias. Resultado de este fenómeno son, por ejemplo, el papel de los anticuerpos en el sistema inmunológico o los pares de base que constituyen el ADN, entre otros.

La línea de investigación desarrollada en la UPO trata de determinar qué interacciones y geometrías moleculares son responsables del reconocimiento entre moléculas. Uno de los aspectos analizados en este sentido, y cuyos resultados aparecen esta semana en la publicación científica, aborda los llamados “complejos de inclusión”. Estos están formados por moléculas cerradas sobre sí mismas y que dan lugar a cavidades con forma de cuenco en los que se pueden introducir de forma selectiva sólo moléculas con las propiedades adecuadas.

Según Bruno Martínez, entre las potenciales aplicaciones de estos fenómenos cabe mencionar la posibilidad de diseñar pinzas capaces de “atrapar” otras moléculas de forma selectiva y reubicarlas donde más puedan ser útiles. Además, “profundizar nuestro conocimiento en esta materia es importante, no sólo para entender cómo funcionan estos fenómenos, sino para ser capaces de diseñar fármacos cuyas moléculas tengan la forma y las interacciones químicas adecuadas, de manera que interactúe en la zona que más interesa desde el punto de vista médico” afirma el científico.

La investigación, diseñada desde la UPO, es fruto de la colaboración con el instituto FOM de Física de Plasmas Rijnhuizen de Nieuwegein (Holanda), responsable de un sofisticado láser de infrarrojo que funciona como una instalación singular en la Unión Europea, y a la que se accede de forma competitiva. Además de esta tecnología, para el estudio se han utilizado en la propia UPO otras técnicas experimentales como la espectrometría de masas.

Fuente: UPO
Derechos: Creative Commons
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