Un astrónomo de Qatar ha liderado a un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (EE UU), para descubrir un nuevo mundo extraterrestre. Se trata de un ‘Júpiter caliente’ bautizado como Qatar-1b, que se suma a la creciente lista -más de 500- de exoplanetas que orbitan alrededor de estrellas lejanas.
“El descubrimiento de Qatar-1b es un gran logro, que demuestra el compromiso de Qatar de convertirse en un líder de la ciencia y la investigación innovadoras”, afirma Jalid Al Subai, director del estudio catarí sobre exoplanetas y director de investigación de la Fundación para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo Comunitario de Qatar. “Marca el comienzo de una nueva era en la investigación astrofísica colaborativa entre Qatar, Reino Unido y EE UU”.
El estudio catarí sobre exoplanetas busca estrellas que titilan y cuyo brillo se atenúa ligeramente cada vez que un planeta que orbita a su alrededor, provocando un “minieclipse” al ponerse delante de la estrella desde la perspectiva de la Tierra. Las búsquedas de tránsito como esta deben filtrar miles de estrellas para encontrar la pequeña fracción que tienen planetas detectables. Los complejos análisis y observaciones generan ocasiones perfectas para el trabajo en equipo.
“El descubrimiento de Qatar-1b es un ejemplo maravilloso del modo en que la ciencia y las comunicaciones modernas pueden borrar las fronteras internacionales y las zonas horarias. Nadie posee las estrellas. Todos podemos sentirnos estimulados por el descubrimiento de mundos lejanos”, dice David Latham, miembro del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (EE UU) que ha participado en el estudio.
Para encontrar el nuevo planeta, las cámaras de gran ángulo de visión de Qatar (situadas en Nuevo México) tomaron imágenes del cielo todas las noches despejadas desde principios de 2010. Luego, las fotografías se enviaron a Reino Unido para que las analizasen astrónomos colaboradores de las universidades de St. Andrews y Leicester y de Qatar. Ese análisis redujo las posibilidades a unos cientos de estrellas candidatas.
Seguimiento de candidatos
El equipo de Harvard-Smithsonian, junto con Al Subai, hizo un seguimiento de las candidatas más prometedoras y realizó observaciones espectroscópicas con el telescopio de 60 pulgadas de diámetro del Observatorio Whipple que Smithsonian tiene en Arizona. Estas observaciones pueden distinguir entre sistemas de estrellas binarias eclipsantes y tránsitos planetarios, de apariencia muy similar. También midieron la atenuación del brillo de las estrellas de una forma más precisa con el telescopio de 48 pulgadas del Whipple.
Los datos obtenidos confirmaron la existencia de un planeta ahora llamado Qatar-1b, que orbitaba alrededor de una estrella naranja de tipo K situada a 550 años luz de distancia. Qatar-1b es un gigante gaseoso cuyo diámetro es un 20% mayor que el de Júpiter y que tiene un 10% más de masa. Pertenece al tipo “Júpiter caliente” porque orbita a 3,5 millones de kilómetros de su estrella (a solamente seis radios estelares de distancia). El planeta se abrasa a una temperatura de unos 2.000 grados Fahrenheit.
Qatar-1b da una vuelta alrededor de su estrella cada 1,4 días, lo que significa que su “año” sólo dura 34 horas. Se espera que haya un gradiente gravitatorio entre él y su estrella, de manera que haya una cara del planeta que siempre mire hacia la estrella. Como consecuencia, el planeta gira sobre su eje una vez cada 34 horas (tres veces más despacio que Júpiter, que rota una vez cada 10 horas).
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