Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han analizado las características de los neumáticos recauchutados que influyen en su comportamiento bajo rodadura para avanzar en el mejoramiento de la tecnología de fabricación y conseguir que tenga una vida útil similar a la de uno nuevo ahorrando, así, materias primas.
El transporte por carretera en países desarrollados, provoca elevadísimas cifras de neumáticos usados cada año, lo que supone un problema energético y medioambiental de primer orden. El recauchutado de un porcentaje de estos neumáticos usados para su reutilización se presenta como una solución parcial al problema pero la homologación de un neumático recauchutado exige superar los mismos ensayos de carga-velocidad que son requeridos para los neumáticos nuevos. En este contexto, investigadores del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil, INSIA, perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han realizado un estudio(*) para caracterizar la rigidez estática y la temperatura de los neumáticos recauchutados, factores ambos que pueden provocar su rotura.
En España existen en la actualidad más de 30 millones de (DGT, 2007) de los cuales el 71,77% son automóviles y el 20,5% son vehículos industriales. Estos vehículos recorren al año más de 375.000 millones de kilómetros, correspondiendo a los primeros casi un 73% de esos kilómetros. La movilidad de estos vehículos provoca que cada año se gasten en España varias decenas de millones de neumáticos. Esta cifra implica un elevado volumen de negocio y, como es lógico, un importante problema medioambiental.
El tratamiento de los neumáticos al final de su vida útil se ha convertido en un problema de primera magnitud para las naciones desarrolladas. Una de las soluciones adoptadas desde hace ya muchos años es proceder a recauchutar un porcentaje de dichos neumáticos usados para conseguir ponerlos de nuevo en circulación con una vida útil similar a la de uno nuevo. Sin embargo, la homologación de un neumático recauchutado exige superar los mismos ensayos de carga-velocidad que son requeridos para los neumáticos nuevos. El Instituto Universitario de Investigación del Automóvil, INSIA, perteneciente a la UPM, es el único laboratorio acreditado por ENAC y autorizado por el Ministerio de Industria para la realización de ensayos de homologación de todo tipo de neumáticos, tanto de automóvil como de motocicleta y de vehículo industrial.
Un neumático consta básicamente de cuatro partes: la carcasa, que está formada por varias capas textiles que forman el armazón del neumático; los flancos o laterales del neumático, que ofrecen la elasticidad que el neumático necesita para absorber parte de las irregularidades de la carretera; el talón, que es la parte inferior del flanco, encargado de unir el neumático a la llanta y la banda de rodadura, que es la superficie de apoyo del neumático por encima de la carcasa. Está formada por una capa de goma que acaba en los dibujos o surcos que permiten la evacuación del agua
El recauchutado del neumático comienza con una exhaustiva revisión y selección de las carcasas para detectar cualquier anomalía o daño irreparable que las convierta en neumáticos inservibles. Las nuevas tecnologías (técnicas de ultrasonidos u holográficas) están aportando un mayor grado de seguridad en esta fase del proceso productivo.
Después de pasar este primer control de calidad, las carcasas se clasifican de nuevo antes de introducirlas en el proceso productivo, donde el dibujo antiguo es completamente eliminado mediante un proceso denominado raspado para, a continuación, en dotar al neumático raspado de una nueva banda de rodadura.
Un neumático recauchutado viene a utilizar aproximadamente el 70% del neumático original, lo que significa un importante ahorro energético y de materias primas (los neumáticos están formados básicamente de productos petroquímicos y acero) ya que un neumático de camión recauchutado sólo necesita 25 litros de petróleo crudo frente a los 80 que necesita uno nuevo.
La utilización de neumáticos recauchutados en condiciones de seguridad equivalentes a las de los neumáticos nuevos reporta además beneficios económicos a los transportistas, con el consiguiente impacto socioeconómico en otros sectores. Un neumático recauchutado tiene un coste que puede llegar a ser un 50% del coste de uno nuevo, lo que implica un ahorro de unos 250€ por neumático de camión.
(*) Dyna 83 (8): 499-506 nov 2008. “Study of the performance of retreaded pneumatic tires under steady load-speed condition on testing bench”. López Martínez, José M.; Páez Ayuso, José Javier; Sánchez Alejo, Francisco Javier; Díaz Carrasco, Adolfo