La Oficina de Proyectos Internacionales de la Universidad de Alicante (UA) acaba de firmar el acuerdo con la Comisión Europea para liderar NANO2MARKET. El estudio dará comienzo en julio y persigue identificar líneas de actuación para la comercialización y protección de la nanotecnología. Se redactará una guía de buenas prácticas y se prevé organizar seminarios para difundir los resultados del estudio.
La coordinadora de la UA, Michelle Grindle, explica que la nanotecnología es una tecnología emergente, con aplicación en casi todos los sectores, y se prevé que conducirá el futuro del desarrollo tecnológico. “Como es relativamente novedoso, el uso de resultados de investigación está todavía en sus fases iniciales y no hay buenas prácticas identificadas, sobre todo desde un punto de vista multidisciplinario (centros de investigación, empresas de capital riesgo y expertos en Protección Intelectual). Los modelos de transferencia de tecnología tradicionales a lo mejor no son la mejor manera para el área "nano", por tanto, se ha considerado fundamental una investigación en este tema”.
Unos modelos de transferencia son fundamentales para cualquier sector relacionado con la I+D a fin de comercializar y proteger los resultados de las investigaciones de manera adecuada. Solo de esta manera los investigadores obtienen la merecida recompensa por sus esfuerzos, y se propicia que los desarrollos novedosos o interesantes lleguen al mercado.
Las actividades del proyecto NANO2MARKET (Best Practices for IPR and Technology Transfer in Nanotechnology development) comenzarán en julio con un estudio sobre las diferentes áreas de aplicación de la nanotecnología y el tiempo de transferencia al mercado. Después se realizará un estudio de la cadena de valor para esas aplicaciones y la identificación de métodos de comercialización.
Tras la identificación de buenas prácticas entre los métodos de comercialización existentes, la Oficina de Proyectos Internacionales de la UA redactará una guía de recomendaciones para la gestión de los derechos de Propiedad Intelectual. Las indicaciones serán genéricas para poder aplicarlas en todo tipo de investigación o desarrollo relacionado con la nanotecnología y se empleará un lenguaje simplificado y fácil de entender. Una vez finalizado el proyecto, se prevé organizar seminarios informativos con especialistas para compartir experiencias.
El proyecto tendrá una duración de un año y cuenta con un presupuesto de 700,000 euros, financiados por la Comisión europea dentro del Séptimo Programa Marco. Participan desde España junto a la UA, el Parc Científic de Barcelona y el Institut de Bioenginyeria de Catalunya. Los demás socios del proyecto son: IMEC (Bélgica); Fraunhofer Gesellschaft zur Förderung der angewandten Forschung e.V (Alemania); France Innovation Scientifique et Transfert (Francia); TecKnowMetrix (Francia); Nanotechnology Industries Association (Reino Unido); Camera di Commercio Industria artigiariato e agriocoltura milano (Italia), y Brabo Ventures (Dinamarca).
La Oficina de Proyectos Internacionales de la UA cuenta con una amplia experiencia en temas de Propiedad Intelectual en investigación siendo sede de Intellectual Property Rights-Helpdesk (www.ipr-helpdesk.org) en el que colaboran oficinas de patentes y marcas europeas, e instituciones con experiencia relevante en esta materia. Se dedica al asesoramiento y gestión de la propiedad intelectual, tanto de los proyectos de investigación que se gestan en las universidades y otros centros de investigación, como a resolver las cuestiones que plantean las pequeñas y medianas empresas.
El pájaro robótico PigeonBot II, probado con éxito en un túnel de viento y de manera autónoma al aire libre, logra volar de manera similar a estas aves, sin aleta vertical. Sus aplicaciones abren el camino para diseñar aviones más eficientes en combustible.
La Fundación BBVA ha galardonado al informático japonés, de la Universidad Carnegie Mellon (EE UU), por crear los algoritmos que permiten a las máquinas comprender las imágenes y procesar los movimientos. Sus técnicas están presentes en los coches autónomos, los drones y todos los robots con capacidad de visión, como los que se usan en cirugía.
