Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos han desarrollado un prototipo de vigilancia que se integra en los autobuses para controlar si algún vehículo usa de forma indebida los carriles bus. El proyecto, denominado BusVigía y probado con éxito en autobuses de Madrid, abre nuevas posibilidades para implantar carriles versátiles y multiusos.
Miembros del grupo de Computación de Altas Prestaciones y Optimización de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) han integrado un sistema de visión artificial mediante cámaras en autobuses urbanos. El objetivo, vigilar automáticamente el carril bus de una gran ciudad como Madrid. Desde un punto de vista tecnológico, el reto es complejo y se encuadra dentro del campo de la visión artificial, área de conocimiento interdisciplinar que trata de simular la visión humana mediante cámaras y computadores.
“No se trata simplemente de montar una cámara en un autobús y grabar todo su trayecto, sino que se busca que un ordenador tome decisiones en tiempo real analizando las imágenes de la cámara sobre si el autobús tiene obstaculizado su carril de uso exclusivo o no. Algo que para un humano es fácilmente valorable, es de gran dificultad cuando se busca su automatización por la gran variabilidad visual del entorno”, señalan los investigadores de la URJC Antonio Sanz y Juan José Pantrigo.
El proyecto se llama BusVigía pero no nace con la intención de sancionar a los vehículos. Pare esto ya existen otros sistemas de reconocimiento automático de matrículas (ALPR, Automatic License Plate Recognition), que se pueden integrar en los autobuses. Estos sistemas capturan las matrículas de todos los vehículos visibles desde el autobús, incluyendo los estacionados correctamente o circulando legalmente en carriles de uso compartido.
Por tanto, el objetivo del nuevo sistema es ser capaz de discriminar, en primer lugar si se está circulando en una zona de carril bus, pero también si los vehículos están ocupando dicho carril de forma indebida.
BusVigía es el resultado de un proyecto desarrollado gracias a la financiación de la Cátedra de Ecotransporte, Tecnología y Movilidad entre la URJC y la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid. El sistema ha participado en una prueba piloto de la EMT con muy buenos resultados, tan buenos, que la universidad está a la espera de que alguna empresa busque rentabilizar esta investigación puntera que se realiza en España. En un solo mes de trabajo, un único sistema BusVigía detectó automáticamente del orden de 500 infracciones.
BusVigía ofrece diversos usos para los carriles bus
Los carriles de uso exclusivo tienen defensores y detractores. Por un lado, mejoran la movilidad del transporte público terrestre, pero por otra eliminan zonas de estacionamiento para residentes, imponen barreras arquitectónicas a los ciudadanos en las puertas de sus portales, tienen unos costes de mantenimiento elevados para las arcas públicas, sus separadores generan accidentes especialmente graves a los motociclistas y, en ocasiones, la vigilancia de su cumplimiento resulta compleja.
Según los investigadores, “con un sistema disuasorio tan efectivo como este se evitarían en poco tiempo las obstaculizaciones del carril bus, se podrían eliminar los peligrosos separadores físicos y, aún más importante, se abriría la posibilidad de implantar y controlar automáticamente los carriles de uso múltiple, como los que pueden encontrarse en ciudades como Los Ángeles”. En estos casos, y dependiendo de las franjas horarias, el carril puede actuar como zona de estacionamiento, de circulación restringida o circulación general.
De esta forma, se facilita el aparcamiento en horas nocturnas de poco tráfico, la conducción de todo tipo de vehículos en zonas horarias de media actividad y la exclusividad para el transporte público en franjas horarias de mayor densidad de tráfico. Como consecuencia, se recuperaría espacio para mayor disfrute de los vecinos de las zonas con carril bus y se mejoraría su cumplimiento de forma automática. En este ámbito ha nacido la propuesta BusVigía 2.0, que los investigadores han presentado a la convocatoria de proyectos de investigación nacionales.