Investigadores de la Clínica Mayo en EE UU han descubierto que ciertas características estructurales del tejido mamario pueden indicar el riesgo individual de cada mujer de sufrir cáncer. Las conclusiones, que se publican hoy en la versión on line de la revista Journal of Clinical Oncology, revelan la relación de la cantidad de alveolos en la glándula mamaria con el riesgo de sufrir cáncer de mama.
Cada glándula mamaria tiene entre 15 y 20 lóbulos separados entre sí por un tejido conectivo y adiposo. Cada uno de estos lóbulos se divide a su vez en alvéolos, pequeños elementos que producen leche y que pueden ser analizados a través de una biopsia. Ahora, un nuevo estudio muestra que el porcentaje de alvéolos presentes por lóbulo en una edad dada determina el riesgo de cáncer.
El grupo de investigación de la Clínica Mayo, liderado por Lynn Hartmann, la autora principal del estudio, considera este método más riguroso para predecir el riesgo que el modelo Gail, que toma en cuenta antecedentes familiares (número de casos de cáncer de mama en la línea familiar) y personales (edad, fecha de la primera regla, edad al nacimiento del primer hijo vivo, antecedente de biopsias mamarias, etc.).
“Las mujeres que estaban más predispuestas a desarrollar cáncer de mama presentaban lóbulos de mayor tamaño con más alvéolos”, afirma Hartmann. “Además de los factores de predisposición genética, no hay factores que predigan de forma eficaz el riesgo de sufrir cáncer de mama. Este modelo de estimación del riesgo basado en el tejido original de cada individuo puede proporcionar un método fiable”.
Los científicos estudiaron las estructuras tisulares en 85 pacientes con cáncer de mama y examinaron las biopsias de tejido mamario no canceroso de las mismas mujeres. Además, realizaron una prueba de predicción de riesgo a 5 años para cada paciente utilizando el modelo Gail. Todos los datos fueron comparados con 142 muestras de tejidos benignos.
“Aunque es útil para determinar el aumento del riesgo en grupos de mujeres, el modelo Gail es sólo un poco más fiable que una simple suposición cuando se trata de predecir cáncer a un individuo”, concluyen los autores de este estudio, que se publica hoy en la versión on line de la revista Journal of Clinical Oncology.
Los alvéolos, más importantes que la edad
Cuando las mujeres maduran, especialmente cuando se aproximan a la menopausia, el riesgo de sufrir cáncer de mama disminuye debido a que los lóbulos y alvéolos desaparecen. Este proceso natural, llamado regresión lobular, es la base de este factor de riesgo. Sin embargo, “si los alvéolos no han desaparecido en su mayor parte a los 55 años, el riesgo de sufrir cáncer de mama se triplica”, afirma Hartmann.
Examinando de cerca las estructuras en una amplia muestra de tejidos no cancerosos, los científicos pudieron observar medidas estándar en el tamaño de los lóbulos y el número de alvéolos que contienen y desarrollaron medidas precisas en las que basar el riesgo individual.
El equipo espera que este nuevo modelo, combinado con más información y evaluaciones del paciente, aumente enormemente la capacidad del médico para predecir el riesgo de sufrir cáncer en pacientes individuales.
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Referencia bibliográfica:
Lynn Hartmann et al.: Journal of Clinical Oncology, octubre de 2009.