Una especie de sabina favorece el desarrollo de otras plantas

La alta montaña mediterránea atesora una gran biodiversidad de plantas pero su persistencia está seriamente amenazada por el cambio climático. Al estudiar las interacciones de la vida vegetal, un equipo de la Universidad de Valladolid ha descubierto, a partir del estudio de los anillos de crecimiento de los árboles, que la sabina rastrera (Juniperus sabina L.) favorece el crecimiento de otras plantas de muy diversas formas y a distintos niveles. El trabajo aporta información de gran interés para la conservación de este ecosistema.

Un aumento de la temperatura y una disminución de las precipitaciones acrecentará el estrés climático que soportan estas plantas
Alta montaña mediterránea, con sabina rastrera en primer plano. / Ana Isabel García-Cervigón

Investigadores del Laboratorio de Botánica de la Universidad de Valladolid (UVa) han realizado hallazgos sobre las interacciones que se producen entre plantas de las montañas mediterráneas. En concreto, han estudiado cómo la sabina rastrera (Juniperus sabina L.) favorece el desarrollo de otras plantas, una información de gran interés para trabajar en su conservación y enfrentar los efectos de los principales motores de cambio global: el cambio en los usos del suelo (el abandono de usos tradicionales agrarios extensivos –agricultura y ganadería–) y el cambio climático.

Un aumento de la temperatura y una disminución de las precipitaciones acrecentará el estrés climático que soportan estas plantas

Según los investigadores, la alta montaña mediterránea atesora una gran biodiversidad de plantas pero su persistencia está seriamente amenazada. En relación con el cambio climático, un aumento de la temperatura y una disminución de las precipitaciones acrecentará el estrés climático que soportan estas plantas.

En este contexto, para favorecer su conservación es necesario comprender los mecanismos que configuran estos ecosistemas y así poder predecir su dinámica futura. En esta línea trabaja desde hace cinco años una de las investigadoras del Laboratorio de la UVa, Ana García-Cervigón, quien ha defendido recientemente su tesis doctoral.

Como explica la científica, las interacciones entre plantas son una de las principales fuerzas que definen y controlan la estructura de las comunidades vegetales. Estas relaciones pueden ser positivas (conocidas como facilitación) o negativas (conocidas como competencia), y su signo depende del contexto ambiental. En ambientes duros, donde los recursos escasean, predominan las interacciones positivas y las plantas se favorecen mutuamente, mientras que en ambientes más benévolos y con mayor disponibilidad de recursos la competencia aumenta.

Las montañas mediterráneas son ambientes duros para las plantas desde un punto de vista climático, puesto que el frío del invierno y la sequía del verano limitan el período adecuado para el desarrollo vegetal y, por tanto, es esperable que las interacciones positivas entre plantas jueguen un papel importante en la estructuración de las comunidades y en el funcionamiento de las poblaciones y los individuos.

Es el caso de la sabina rastrera, una especie de las montañas mediterráneas que desempeña un papel muy importante en la organización de la vida vegetal en estos ecosistemas. “La sabina rastrera mejora las condiciones de humedad y nutrientes del suelo y de este modo favorece el desarrollo de otras plantas cuando estas crecen bajo su copa, es decir, las facilita", detalla García-Cervigón, autora principal del estudio publicado en Oecologia.

Las pistas que dejan los anillos de crecimiento

Aunque el papel de este arbusto como facilitador de otras plantas ya había sido demostrado en algunos estudios previos, el trabajo aporta un enfoque novedoso: el dendrocronológico. “Al tratarse de una especie con anillos de crecimiento su análisis puede ser potencialmente incluido como complemento a los estudios ecológicos habituales. Hasta el inicio de esta tesis no se había trabajado con los anillos de crecimiento de esta especie", recuerda.

"Las relaciones de unas plantas con otras son complejas de evaluar y afectan a muchos aspectos diferentes", agrega la investigadora

La dendrocronología permite así incluir una perspectiva temporal. “Las plantas forman un anillo en el tallo o tronco por cada año de vida y, como consecuencia, los anillos de crecimiento acumulan información de todos estos años", subraya la experta.

"Contando todos los anillos podemos saber la edad exacta de una planta de forma inmediata y además podemos ver, por ejemplo, variaciones en su crecimiento en grosor de un año a otro que estarían relacionadas con las condiciones ambientales de cada año: en años mejores (más húmedos y menos calurosos en verano) los anillos serán más anchos, mientras que en años más duros (con una sequía estival intensa) los anillos serán mucho más estrechos", precisa García-Cervigón.

El principal hallazgo de la tesis ha sido que la sabina rastrera afecta a otras plantas de muy diversas formas y a distintos niveles, por ejemplo modificando el modo en que adquieren e invierten los recursos a nivel individual o alterando distintos parámetros demográficos (como el crecimiento o la reproducción) a nivel poblacional.

“Las interacciones entre plantas son una de las principales fuerzas que intervienen en la estructuración de las comunidades vegetales, pero las relaciones de unas plantas con otras son complejas de evaluar y afectan a muchos aspectos diferentes", agrega la investigadora.

Estos resultados implican que el hecho de tener una visión general de las interacciones entre plantas no es suficiente para poder llegar a entender el funcionamiento de los ecosistemas, sino que es necesario precisar efectos sobre los individuos, las poblaciones y las comunidades para poder trabajar en su conservación.

Además, estas conclusiones podrían hacerse extensivos a otras plantas nodriza (es decir, otras plantas que también actúan como facilitadoras, igual que la sabina rastrera) tanto en montañas mediterráneas como en otros ecosistemas, aunque sería necesario realizar estudios específicos.

Por otra parte, el trabajo pone de manifiesto el potencial del estudio de los anillos de crecimiento como complemento a las técnicas ecológicas clásicas y en formas de vida distintas a los árboles (con arbustos y herbáceas perennes), y abre muchas posibilidades de estudio con distintas especies y sobre diversos aspectos ecológicos además de las interacciones entre plantas.

Referencia bibliográfica:

García-Cervigón, A. I., Linares, J.C., Aibar, P., Olano, J. M. (2015). “Facilitation promotes changes on leaf economics traits of a perennial forb". Oecologia 179: 103-116.

Fuente: DiCYT
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