Una tesis avala la huella de oreja como sistema para la identificación personal

La tesis doctoral elaborada por el vallisoletano Aitor Curiel, especialista en Medicina Legal y Forense y criminólogo, ha logrado avalar la huella de oreja como método de identificación con validez científica y jurídica. El estudio de más de 1.000 otogramas, término que alude a estas huellas, así como su clasificación y examen en gemelos monocigóticos, ha obtenido un Sobresaliente cum laude por parte de la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

No existen dos 'otogramas' iguales, de manera que tendrían validez científica y jurídica.
Orejas de gemelos monocigóticos.

Según ha explicado su autor, la importancia de la tesis radica en que acredita científicamente una práctica que ya se utiliza en los tribunales nacionales e internacionales. Con las mismas técnicas que avalan a otros métodos de identificación como la dactiloscopia, la odontología forense o la balística, se ha conseguido determinar que “no existen dos huellas de oreja iguales”, comenta el especialista.

El proceso

El proceso para llevar a cabo la identificación de una persona a través de la técnica de los otogramas es igual o muy similar al que siguen los profesionales en el caso de las huellas dactilares: se buscan en el lugar del delito, se revelan y se hace un trasplante para realizar la comparativa.

Para esta parte se utilizan tres técnicas, colocar la huella dubitada (la no conocida) junto a la indubitada (la conocida) y comparar si son iguales o no; seccionar las huellas en cuatro partes e intercambiarlas para ver si coinciden, o superponerlas y examinar todos los puntos a la vez. Aitor Curiel desechó los dos primeros por falta de fiabilidad y decidió utilizar el de trasposición.

Clasificación

Posteriormente, diseñó un sistema de clasificación y caracterización, para cumplir “con los mismos criterios científicos que la dactiloscopia en cuanto a inmutabilidad, inalterabilidad, posibilidad de clasificación y demostración de que con una serie de puntos característicos no existen dos huellas de oreja iguales”.

Finalmente, el autor de la investigación comprobó que el método que ha desarrollado es totalmente fiable con gemelos monocigóticos, ya que son las personas que pueden tener una huella de oreja “más parecida”, asegura.

Así, los hizo escuchar a través de una puerta, ejerciendo más o menos presión sobre la oreja, y tampoco obtuvo la misma huella, lo cual ratificaría casi de forma irrefutable que este sistema de identificación es tan válido como otros.

El objetivo de la tesis era disipar dos de las mayores críticas que la identificación por huella de oreja había despertado entre los expertos: la falta de un sistema de clasificación y su posible alteración por la diferente presión. “En la práctica, apoyamos prácticamente siempre los mismos puntos de la oreja sobre una superficie, aunque se ejerza mayor o menor presión, esto se denomina presión funcional”, afirma Curiel.

Por otro lado, la tesis doctoral viene acompañada de una petición a la Real Academia de la Lengua para la aceptación oficial del término “otograma”. Esta nomenclatura “se utiliza con normalidad en amplia bibliografía tanto científica como divulgativa”, así como en la jurisprudencia. No obstante, la Academia propuso la expresión “huella auricular”, en referencia al pabellón auricular, para la designación de la huella de oreja, una terminología que “lleva a confusión” en opinión del autor de la tesis al coincidir “con la referida al quinto dedo en el campo de la dactiloscopia”.

Fuente: DiCYT
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