La Federación Europea del Dolor ha alertado durante el VIII congreso ‘Dolor en Europa’ acerca de la importancia de esta escasamente diagnosticada enfermedad cuyo número de afectados, más de 80 millones en la UE, duplica al de diabéticos.
Datos recientes revelan que uno de cada cinco europeos adultos padece dolor crónico; más de 80 millones de personas en todo el continente. El diagnóstico erróneo de esta dolencia poco reconocida supone un coste social de entre el 1,5% y el 3% del producto interior bruto del continente, según ha señalado la presidencia de la Federación Europea del Dolor durante el VIII congreso ‘Dolor en Europa’ que se celebra en Florencia.
Aunque la prevalencia de esta enfermedad duplica la de la diabetes “no hay una sola alusión al dolor crónico en la Clasificación Internacional de Enfermedades que es utilizada en medicina“, ha explicado a SINC Hans Georg Kress, presidente de EFIC. “Esta patología se oculta detrás de otras diagnosis más frecuentes”, añade.
“Uno de cada tres pacientes no recibe ningún tipo de tratamiento y alrededor del 38% cree que los medicamentos que le han administrado nos son suficientes”, ha indicado el alto cargo de la organización.
Kress ha alertado también de la importancia de invertir en investigación, educación y formación de personal científico y médico, así como de crear nuevas infraestructuras especializadas en la prevención, tratamiento y rehabilitación de los pacientes con dolor crónico.
Según datos de la Red Europea del Dolor, del tiempo que pasa la suma de los europeos fuera de su puesto laboral debido a los problemas de salud relacionados con la enfermedad se deriva un coste estimado de 34.000 millones de euros.
“No estamos hablando del gasto que el dolor crónico supone en los presupuestos de salud, sino, sobre todo, de los costes indirectos ocasionados por la pérdida de productividad y la incapacidad para trabajar”, ha destacado Kress. “Podemos reducir el impacto de la enfermedad y aumentar la productividad, pero no es gratis”, ha sentenciado.
Cuestión de cabeza
Además del diagnóstico erróneo de la dolencia y la utilización masiva de fármacos son otros de los problemas en este tipo de pacientes, sobre todo en el caso de las migrañas. Como indican los datos de EFIC, entre el 50% y el 80% de los enfermos se sobremedica, lo que puede suponer un empeoramiento de los síntomas.
“Muchas veces los enfermos prefieren ir a la farmacia a pedir un fármaco que a un especialista”, ha señalado a SINC Paolo Martelletti, médico en el Centro de Referencia de Cefalea del Hospital San Andrés en Roma. “Estos pacientes no reciben un tratamiento preventivo, que reduce el número de ataques y la necesidad de medicación”, ha concluido.
Al igual que Kress, Martelletti ha alertado acerca de la importancia de la formación y la educación “tanto de los pacientes como de los médicos” para el correcto diagnóstico y tratamiento de esta patología.