El premio Ortega y Gasset, concedido a Javier Salas y Mariano Zafra en la categoría multimedia por una pieza de periodismo científico en El País, pone sobre el tapete la importancia de la especialización periodística en la información científica, porque solo de ella surge la calidad.
Los premios Ortega y Gasset, que han adquirido una enorme importancia en el periodismo en español en los últimos años, acaban de premiar a Javier Salas, periodista científico, junto a Mariano Zafra, infografista. Y lo han hecho por un artículo, subraya el jurado, que, además de informar, salva vidas.
Este premio pone sobre el tapete la importancia de la especialización periodística y, en concreto, en la información científica, porque solo de la especialización surge la calidad. En este negocio del periodismo, y más en estos tiempos, se exige más rapidez que nunca y más precisión, lo que implica menor tiempo y menor espacio para ese andar y contar al que se refería Chaves Nogales como la esencia del oficio.
En la pandemia hemos visto de todo, desde informaciones excelentes, como esta misma de Salas y Zafra, hasta auténticas barbaridades que han hecho que algunas personas se resistan a vacunarse
Este año largo, tan largo, de la pandemia nos ha enseñado muchas cosas y, entre otras, la importancia de una buena información, que no siempre ha estado al alcance la mano. Y, desde luego, hemos visto de todo, desde informaciones excelentes, como esta misma de Salas y Zafra, hasta auténticas barbaridades que han hecho, por ejemplo, que algunas personas se resistan a vacunarse.
Sin que el corporativismo ciegue el juicio, es posible encontrar un sesgo diferenciador entre los medios especializados en ciencia —como la agencia SINC, que acoge estas líneas—, o que cuentan con periodistas especializados en su redacción y otros medios en los que se ha tratado la información de la covid de una manera mucho menos adecuada o, incluso, directamente disparatada.
Tampoco podemos perder de vista, en honor a la verdad, que las informaciones institucionales, nacionales e internacionales, con cierta frecuencia han sido poco claras o contradictorias. Y que con frecuencia las razones para los cambios de criterio —mascarilla sí o no, tal vacuna o tal otra, mezcladas o no— han sido más bien peregrinas. Pero tampoco se nos puede olvidar, lo tenemos presente los periodistas científicos, que en ciencia no hay verdades como puños, que las verdades son temporales y que la incertidumbre, más que la certeza, es el material con el se construye el conocimiento. Dudando, refutando, demostrando en un tiempo y un espacio definidos, por un tiempo determinado.
Como Javier Salas, hay muchos periodistas científicos en las redacciones, muchos hombres y mujeres que conocen las fuentes, que saben la distancia de la placa Petri al ratón y del ratón a las personas
Que este premio haya sido concedido a nuestro compañero Javier Salas nos indica también una cierta madurez de la especialización, una buena capacidad para trabajar de manera excelente. Además de él, hay muchos periodistas científicos en las redacciones, muchos hombres y mujeres que conocen las fuentes, que saben la distancia de la placa Petri al ratón y del ratón a las personas, que no confunden astronomía y astrología y que, en definitiva, hacen una buena información científica.
Este 2021 se cumplen 50 años de la creación de la Asociación Española de Periodismo Científico, pero desde antes ya se informaba de ciencia con una especialización creciente.
La actual AECC (cambió hace años Periodismo por Comunicación) agrupa a medio millar de personas que desde el periodismo o desde otros ámbitos —museos, universidades, gabinetes de comunicación— se dedican a la noble tarea de informar a sus conciudadanos de cómo es el mundo en el que viven, un mundo cada vez más tecnologizado y en el que los conocimientos científicos son imprescindibles para tomar decisiones que nos afectan de manera radical, como la emergencia climática, las pandemias, las vacunas o la pérdida de la biodiversidad.
Es necesario que la población en su conjunto pueda opinar, pueda tener criterio sobre todas estas cuestiones y otras muchas que van a determinar cómo será su vida, y para ello es necesario que haya una buena información científica, una amplia comunicación que dote a la ciudadanía de los instrumentos y las palabras imprescindibles para formar parte de esas decisiones, de esa conversación.
Javier, debes compartir este premio con todas estas personas que, como tú, dedican su tiempo a esta tarea, igual que otras lo han hecho con anterioridad
Serán, cada vez más, aspectos clave de nuestras democracias. Eso es, me parece, lo que han premiado en esta ocasión los Ortega y Gasset, así que, Javier, debes compartir este premio con todas estas personas que, como tú, dedican su tiempo a esta tarea, igual que otras lo han hecho con anterioridad, porque sobre las estructuras previas se construyen los saberes.
Antonio Calvo Roy es periodista científico desde mediados de los 80 y vocal de la Asociación Española de Comunicación Científica.