Analizar la calidad de la leche de un brick cualquiera no suena a nuevo; pero ¿y si se hace sin abrir el paquete de leche y en un tiempo menor que cualquier otro control? Es lo que ha conseguido CAPSA, el gigante asturiano del sector lácteo, en colaboración con el Instituto de Acústica del CSIC. Entre las ventajas de este método pionero que ha patentado la empresa no sólo reluce la rentabilidad: poder detectar antes que nunca la leche que no cumple los parámetros de calidad permite detener rápidamente su envasado, por lo que el sistema también libra al medio ambiente de la destrucción de las decenas de miles de envases que contendrían la partida de leche defectuosa.
Frente a otras técnicas de control de calidad, este sistema no observa la presencia de contaminantes, sino que los “escucha”. ¿Cómo? “Los microorganismos generan pequeñísimas cantidades de gas o ácido láctico, entre otros compuestos, que se traducen en microcambios físicos de la leche que alteran la propagación de los ultrasonidos”, explica Domingo Terroba, técnico de I+D+i de CAPSA. Y estos cambios tienen lugar ya desde las primeras etapas del desarrollo microbiano, por lo que la técnica es la más rápida que existe, al eliminar el período de incubación que requieren otros métodos.
De ahí a situar el paquete de leche entre un emisor y un receptor de ultrasonidos puede parecer un camino relativamente sencillo, pero para llegar al nivel de precisión necesario ha sido imprescindible estudiar muy de cerca cómo se transmite la onda de ultrasonidos en la leche en condiciones de esterilidad y cuáles son los cambios que los microorganismos producen en la forma que cobra la onda al propagarse por la leche contaminada, trabajo que ha contado con la colaboración del Instituto de Acústica del CSIC. Además, y como explica Domingo Terroba, “una de las partes complicadas de este proyecto ha sido hacer el envase ‘invisible’ para que no interfiriera en nuestras observaciones”.
El proyecto ha contado con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del CDTI y del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación del Principado que gestiona la FICYT. Como explica el investigador, la idea del proyecto es que el de ultrasonidos pueda llegar a ser un sistema de control de calidad único, aunque a día de hoy aún es necesario hacer más pruebas como las que lleva a cabo la empresa en su planta de producción de Granda (Siero). Pero las ventajas compensan con creces el trabajo, que también tiene aplicación para analizar la calidad de sopas, zumos y otros productos líquidos en diversos envases.
Junto a este proyecto, la empresa desarrolla otras líneas innovadoras que avalan una sólida apuesta. En palabras de José Ramón Iglesias, Director de I+D+i de CAPSA, “la innovación es uno de los pilares estratégicos de nuestra compañía y a partir de ahora será clave en la diferenciación de las marcas en el mercado. En este sentido, la compañía cuenta con una sólida trayectoria, como demuestra que fundamentamos nuestros nuevos productos con estudios científicos en colaboración con centros de investigación y universidades. Además, continuamos impulsando la innovación como línea de futuro porque queremos seguir siendo la punta de lanza del sector lácteo”.
Limpiar el jabón
Mantener una fábrica de productos alimentarios en las condiciones adecuadas de higiene requiere utilizar un gran volumen de productos químicos como ácidos, bases, detergentes y desinfectantes. Y aunque para reducir el gasto de productos contaminantes y la generación de aguas residuales ya existen detergentes de fase única que integran en un solo paso las etapas ácidas y alcalinas, por el momento son costosos. Por eso, un ahorro de detergente supone ventajas tanto económicas como medioambientales. La idea que ha desarrollado la empresa permite filtrar el detergente usado a través de membranas con poros nanométricos para “limpiar el jabón” y separar el detergente de los residuos que ha arrastrado. En el proyecto, que recibido el apoyo del PCTI del Principado, ha colaborado el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Oviedo.
Además, entre sus proyectos innovadores la empresa ha iniciado en la segunda mitad de 2008 una investigación para buscar bacterias lácticas capaces de degradar el gluten, presente en numerosos alimentos y pesadilla de los celiacos. Representan aproximadamente el 1% de la población española, que es alérgica a esta proteína. En este trabajo, que se integra en la línea de Proyectos Estratégicos del PCTI, colaboran investigadores del Instituto de Productos Lácteos (IPLA-CSIC) y del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El sector de la leche se reinventa de forma constante en Asturias.