El grupo de investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha Teledetección y Sistemas de Información Geográfica (SIG) ha conseguido obtener información sobre un objeto o superficie a través del análisis de los datos adquiridos por un instrumento que no está en contacto con él. Estos datos son recogidos a través de sensores instalados en plataformas aerotransportadas o en satélites artificiales que generan una imagen.
Este grupo multidisciplinar liderado por los profesores Alfonso Calera, Antonio Quintanilla y Santiago Castaño, nace en 1994 en el seno del Instituto de Desarrollo Regional (IDR) y, en la actualidad, cuenta con setenta profesionales de las distintas áreas científicas: geólogos, físicos, ingenieros informáticos, agrónomos, de telecomunicaciones, etc,
Sus líneas principales de investigación están centradas en el desarrollo y aplicación de las técnicas de observación de la tierra, análisis, almacenamiento y tratamiento digital de imágenes, así como la coordinación y el estudio de cualquier tipo de información con referencia espacial. Además, el grupo investiga en el diseño, desarrollo, actualización y mantenimiento de los SIG junto a las Tecnologías de la Información y Comunicación, para la elaboración de cartografía básica y temática, y su control de calidad.
Los objetivos preferentes de sus estudios están orientados a los recursos hídricos, la modelización hidrológica, tanto superficial como subterránea, y el desarrollo de herramientas para la gestión eficaz del agua.
Son varios los proyectos en los que actualmente trabaja este grupo, entre otros, el proyecto PLEIDeS “Participatory multi-level eo-assisted tools for irrigation water management and agricultural decisio-support”, proyecto coordinado por la Dra. Anna Osan, investigadora principal, y el profesor Alfonso Calera. Este proyecto europeo cuenta un presupuesto de cerca de tres millones de euros y aborda el uso eficiente y sostenible del agua en la agricultura de regadío, en entornos con escasez de agua, integrando elementos técnicos, sociales, económicos, ambientales y políticos. El resultado de este estudio, a finales del próximo año, tendrá un impacto global, dada la amplia cobertura internacional ya que en el mismo colaboran investigadores de nueve países pertenecientes a tres continentes distintos. Asimismo, participan observadores institucionales como el Ministerio de Medio Ambiente de España, Internacional Water Management Institute (IWMI) y Food and Agricultura Organization (FAO).
Otros de los proyectos es el denominado MOD08-29, dirigido por el profesor Santiago Castaño en colaboración con el grupo de Hidrogeología de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Valencia. Este proyecto estudia la modelización hidrogeológica y con el mismo se espera obtener unos resultados prácticos y relevantes en el ámbito de la Mancha Oriental, ya que aborda, entre otros, el estudio de los distintos usos de aguas superficiales mediante tomas directas del río Júcar, la observación de las necesidades de la vegetación de la ribera y en el análisis de las estrategias de desembalses para el mantenimiento medioambiental del caudal del río Júcar, minimizando la influencia río-acuífero.
Además, el IDR dispone del material e instrumental necesario y está dotado con la última tecnología para desarrollar procesos analíticos de alta precisión. Este centro de I+D+i de la UCLM, ubicado en el Campus de Albacete, tiene como objetivo la investigación y el desarrollo en diversas áreas científicas. También, desde el IDR, se busca dar respuesta a las demandas externas, ofreciendo la tecnología y el equipo humano necesario.
El pájaro robótico PigeonBot II, probado con éxito en un túnel de viento y de manera autónoma al aire libre, logra volar de manera similar a estas aves, sin aleta vertical. Sus aplicaciones abren el camino para diseñar aviones más eficientes en combustible.
La Fundación BBVA ha galardonado al informático japonés, de la Universidad Carnegie Mellon (EE UU), por crear los algoritmos que permiten a las máquinas comprender las imágenes y procesar los movimientos. Sus técnicas están presentes en los coches autónomos, los drones y todos los robots con capacidad de visión, como los que se usan en cirugía.
