Los humanos descubrieron el fuego hace entre 400.000 y un millón de años. Sus llamas fueron usadas para cocinar alimentos, defenderse de depredadores e iluminar la oscuridad. Ahora, un estudio con bosquimanos del Kalahari, en África, dice que las historias contadas al calor del fuego sirvieron también para hacer evolucionar el pensamiento humano, al reforzar las tradiciones sociales y cultivar la imaginación.
Bosquimanos ǃKung del Kalahari que han sido objeto de la investigación antropológica. / Polly Wiessner
Trabajos de excavación en la cueva El Mirador, con la restauradora Elena Moreno al frente. / IPHES
Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana Evolución Social (IPHES) y la Universidad Pompeu Fabra han analizado el ADN mitocondrial de fósiles de Homo sapiens de la cueva de El Mirador, en Atapuerca, de hace entre 4.760 y 4.200 años. Los resultados revelan que aquellos individuos tenían afinidades genéticas con los de Oriente Próximo y Alemania.
Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, y del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social, de Tarragona,han llevado a cabo un estudio que indica que la utilización de la boca para la manipulación de objetos por parte de los neandertales puede deberse a una capacidad limitada de integración entre cuerpo y cerebro, en particular para aquella funciones de coordinación visuo-espacial asociadas a las áreas parietales.
Científicos del centro mixto de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-ISCIII), la Universidad de Burgos y el Museo de Historia Natural de París han hallado once restos humanos de un individuo de unos diez años de edad en la cueva de la Zarzamora (Segovia). Estos restos están datados en el periodo del Calcolítico (Edad del Cobre), del que se disponen muy pocos vestigios en la región central de la península ibérica.
La investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana Laura Martín-Francés ha colaborado en un artículo publicado en la revista Quaternary International que muestra las primeras evidencias de marcas de palillo del Pleistoceno Medio de Asia en varios dientes encontrados en el yacimiento chino de Yiyuan.
Dentro de unos días arranca la tercera campaña del Proyecto Tamanart, una investigación dirigida por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y el Centro Nacional de Patrimonio Rupestre (Marruecos). El equipo está estudiando el arte prehistórico de dos emplazamientos clave del sur de Marruecos, Tachokalt y Tan-Tan, con el objetivo de definir la secuencia cronológica del arte rupestre de esta zona del país que no se ha explorado hasta ahora de forma exhaustiva.
El equipo estudia grabados rupestres en Tachokalt. / Proyecto Tamanart.
Grabado zoomorfo al estilo Tazina en Tachokalt. / Proyecto Tamanart.