El proyecto ColdWear de la Fundación para la Investigación Científica e Industrial de Noruega (SINTEF) recoge datos fisiológicos sobre la forma en que los humanos reaccionan ante el frío. A partir de dicha información, los científicos desarrollan lo que ellos llaman "protección avanzada" para las personas que viven o trabajan en las zonas de clima más severos, como Siberia y el Ártico. A partir de una muestra de 21 personas, analizadas durante seis meses bajo seis condiciones de temperatura que van de + 20 a -25 grados, los científicos realizaron pruebas de "capacidad manual", lo que aporta datos sobre los efectos que produce el frío a la habilidad para concentrarse y realizar tareas de motricidad específica, una capacidad de gran relevancia para la industria.
Ningún otro equipo de investigación ha puesto a prueba sujetos humanos en el frío extremo de esta manera. Hasta ahora, los resultados concluyen que el frío tiene efectos importantes sobre la capacidad motora tanto ordinaria como específica. Entre los productos previstos por los científicos se encuentra la ropa para tiempo extremo "inteligente". En la lista de los productos potenciales que podrían ver la luz como resultado de este proyecto está también la ropa técnica para los atletas de élite.