La infancia es una de las etapas de especial riesgo ante la violencia, a pesar de la mayor sensibilidad social y la formación más especializada por parte de los profesionales. Un estudio llevado a cabo en más de mil adolescentes españoles concluye que un 83% de ellos manifiesta haber sido víctima de al menos una forma de violencia a lo largo de su vida, y un 68,6% en el último año.