El agua pura en estado líquido puede empezar a congelarse a temperaturas muy inferiores a 0 ºC, a partir de un cambio estructural hacia formas tetraédricas que inician la cristalización. Estas estructuras, de localización aleatoria, determinan el ritmo de la formación de hielo a temperaturas de hasta -48,33 ºC, según un estudio que esta semana publica Nature.