La entrada en vigor de la Ley 42/2010, que amplía la prohibición de fumar en espacios públicos, se ha acompañado de una progresiva reducción del porcentaje de fumadores (del 40,3% al 35,3%) y de la magnitud del consumo entre la población laboral. Esta disminución afecta a hombres y mujeres de todas las edades y ocupaciones.