El proceso de domesticación del burro pudo haber sido más lento y menos lineal de lo que se pensaba en un principio, tal y como demuestran los hallazgos de un grupo de científicos, que estudiaron diez esqueletos de burro del complejo funerario del primer faraón de Abidos (Egipto) y los compararon con ejemplares actuales. El equipo de científicos, compuesto por investigadores de la universidad de Washington y la de Copenhague, descubrió que hace 5.000 años, los burros se encontraban en una fase temprana de domesticación. La doma de estos animales es un punto de inflexión en la historia humana, ya que transformó los antiguos sistemas de transporte en África y Asia, y la organización de las primeras ciudades y las sociedades pastorales.