La recurrencia de sequías como la de 2005, la aridez del clima y el abandono de las prácticas agrícolas podrían poner en riesgo la estabilidad ecológica de los bosques caducifolios más abundantes de la Península Ibérica. Esta es la conclusión que un grupo de investigación de las universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca ha presentado en dos revistas internacionales.