"Aquel día, frente a las costas del Algarve, la escuadra española que regresaba de América fue interceptada por otra británica. No estábamos en guerra, pero la rivalidad entre las potencias navales era muy grande en aquel momento. Los ingleses aducían que el dinero de nuestros barcos serviría para financiar a Napoleón. Hubo intercambio de oficiales y les dijeron que les llevarían a todos prisioneros a Inglaterra. Lógicamente los españoles no aceptaron y empezó un inesperado cañoneo, que como consecuencia provocó la explosión de la santabárbara de la Mercedes, su hundimiento y la muerte de cerca de 250 personas, entre marinos y civiles".