El orbitador LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) de la NASA ha observado el cráter que posiblemente provocó la sonda rusa Luna-25, cuando tras su descenso el pasado 19 de agosto experimentó una anomalía e impactó contra la superficie lunar.
Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, publicó una estimación del punto de impacto el 21 de agosto. Al día siguiente el equipo de la nave LRO envió los comandos para que capturara imágenes del lugar.
La imagen anterior más reciente de LRO de la zona era de junio de 2022, por tanto, el nuevo cráter detectado se formó en algún momento posterior a esa fecha. Dado que está cerca del punto estimado donde chocó Luna-25, el equipo de LRO concluye que es probable que proceda de esa misión y no de un 'impactador' natural, como un meteorito.
El nuevo cráter tiene unos 10 metros de diámetro y está situado a 57,865 grados de latitud sur y 61,360 grados de longitud este. Se encuentra en el borde interior del cráter Pontécoulant G, a unos 400 km del punto de aterrizaje previsto para Luna-25, situado a 69,545 grados sur y 43,544 grados este.
