Desde hace dos semanas pescadores en Chile protestan por la prohibición de extraer marisco, la principal actividad económica del archipiélago, debido a las altas concentraciones de toxinas paralizantes detectadas en los invertebrados de la zona. El consumo de mariscos contaminados por este fenómeno natural es nocivo para la salud humana. Desde 1972 la ingesta de mariscos contaminados por marea roja ha causado la muerte de 23 personas en el país latinoamericano.
Las negociaciones con el gobierno ya ha paralizado las moviliazaciones de seis localidades del archipiélago de Chiloé, en el sur del país. "Firmamos un acuerdo con representantes de la pesca artesanal de Castro, Dalcahue, Puqueldón, Quinchao, Queilén y también Curaco de Vélez", señaló a los periodistas el titular de Economía, Luis Felipe Céspedes, nombrado este sábado "ministro coordinador" por la presidenta Michelle Bachelet para afrontar este conflicto.
Con respecto al resto de las comunas afectadas, Céspedes señaló que continúan las conversaciones y que "hay una absoluta voluntad de diálogo".