Después de un mes en una situación comprometida, entre la vida y la muerte, Teresa Romero, la auxiliar de enfermería oriunda de Becerreá que venció el ébola, descansa ya en su pueblo de la montaña de Lugo, donde ayer fue recibida por una gran nube de cámaras de televisión, fotógrafos y reporteros.
A la vivienda en la que reside su madre, Jesusa Ramos, accedió por la puerta de atrás, acompañada por su marido, Javier Limón, quien insistió en el aviso de que ella necesita descansar tras recibir el alta y haber comparecido públicamente en Madrid para explicar cómo se encontraba.