El 5 de octubre de 1962 cinco países europeos creaban el Observatorio Europeo Austral (ESO) para estudiar desde Chile las ‘estrellas del sur’. Hoy esta organización se ha convertido en el observatorio terrestre más potente del mundo. Cuenta con 14 miembros, entre ellos España, y se enfrenta al reto de completar la financiación de uno de sus proyectos emblemáticos: el Telescopio Europeo Extremadamente Grande.