Un equipo de investigación internacional ha aportado pruebas de que la relación simbiótica entre termitas y hongos es mucho más compleja y diversificada de lo que se creía. Los datos confirman que, en la mayoría de los casos, no tiene lugar una evolución conjunta. En África, el 90% de los daños que las termitas provocan a las cosechas es obra de especies que cultivan hongos. Por ello, es esencial conocer el modo de transmisión de los hongos simbiontes entre estos insectos anfitriones.
La intensiva acción para mejorar la nutrición en estos países puede conseguir el primer objetivo de desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y aumentar mucho las posibilidades de conseguir nuevos objetivos en lo que respecta a la mortalidad materno-infantil.
Auspiciada por el programa ‘Consolider–Ingenio 2010; Primera Ciencia con el Gran Telescopio CANARIAS (GTC)’, la escuela, única en el mundo, formará a astrónomos, físicos e ingenieros en el diseño y construcción de instrumentación científica de última tecnología.